El Arzobispado de Sevilla, ante la grave situación provocada por la propagación del virus Covid-19, ha suspendido las celebraciones exequibles en la Archidiócesis. Así lo ha dispuesto el arzobispo, monseñor Asenjo, como respuesta al acuerdo del consejo de gobierno de la Junta de Andalucía, de 20 de marzo de 2020, por el que en materia de policía mortuoria, y de conformidad con el RD 463/2020, de 14 de marzo, que prohíbe los velatorios tanto en instituciones públicas como privadas.
Desde la Iglesia de Sevilla se ha considerado necesario tomar una serie de medidas para colaborar en la erradicación de esta pandemia “que tanto sufrimiento está ocasionando a nuestro pueblo”. El Arzobispado ha dispuestos lo siguiente:
- La supresión de las celebraciones exequiales en las parroquias, iglesias, capillas y tanatorios en todo el territorio de la Archidiócesis, mientras esté vigente el estado de alarma decretado por el Gobierno.
- Los familiares de los difuntos comunicarán al párroco o a cualquier otro sacerdote la defunción de sus seres queridos, para que, cuanto antes, celebre en privado la Santa Misa en sufragio de su alma, posponiéndose la celebración de la Misa funeral para cuando cese el estado de alarma.
- Los párrocos o titulares de los columbarios bendecidos en la Archidiócesis, habrán de estar disponibles para recibir dignamente y de acuerdo con las familias, las cenizas de los difuntos, procurando que concurran al depósito de las mismas el menor número de acompañantes y respetando la necesaria distancia interpersonal impuesta por la normativa estatal.
“No es el momento de aceptar propuestas ni presiones”
Monseñor Asenjo ha remitido una carta a los sacerdotes y religiosos de la Archidiócesis en la que les alienta y les pide que sigan “intercediendo por nuestro pueblo” en estos día tan duros con miles de contagiados y fallecidos a causa del COVID-19.
En la misiva, el arzobispo hace una breve alusión a las disposiciones llegadas desde el Vaticano en las que señalaban que se podían trasladar las procesiones de Semana Santa a otra fecha, apuntando al 14 y 15 de septiembre. Asenjo dice a este respecto que “acepta cordialmente” las disposiciones, pero advierte “que no deberíamos aceptar que propuestas y presiones fuera de lugar en este momento, en el que debemos dedicar todas nuestras energía a lo fundamental, nos desvíen de nuestras verdaderas prioridades”.
El prelado hispalense asevera que ahora es tiempo de “enterrar a los muertos, rezar por ellos, de encomendar a los enfermos, servir a los pobres, ofrecer los medios materiales modestos que tenemos poniéndolos a disposición delas autoridades sanitarias… y lo específicamente nuestro: levantar los brazos a lo alto para que el Señor se apiade de nosotros”.
Asenjo agradece el esfuerzo de los sacerdotes que están haciendo llegar la eucaristía, meditaciones y catequesis a los fieles a través de sus perfiles en las redes sociales: “El pueblo cristiano os agradece vuestras pequeñas homilías y vuestros mensajes cálidos para vivir intensamente esta cuaresma singular”.
Alude a la situación actual, que califica como calamitosa y previsiblemente larga, y confía que, en el plano espiritual, pueda ser “un acontecimiento de gracia, que nos ayude a todos a convertirnos, a centrar nuestra vida en el Señor, a fortalecer nuestra caridad pastoral y a vivir fiel y santamente nuestro ministerio”.
El arzobispo de Sevilla también se adelanta a lo que pasará cuando acabe la pandemia: “Cuando el Señor nos libere de esta desgracia, con la economía hundida, el aumento previsible del paro y la pobreza”. Para ese momento, pide a los sacerdotes y religiosos que “seamos responsables y centrémonos en lo esencial para seguir acompañando y sirviendo a nuestro pueblo y a cuantos van a quedar en las cunetas de la vida social”.
Fuente: Diario de Sevilla