Una sentencia del TSJA admite el recurso de la empresa propietaria, Ultralta, contra la resolución de la Seguridad Social que le derivaba una deuda de los antiguos dueños
Ultralta, actual propietario de la fábrica de loza sevillana La Cartuja Pickman, tenía desde 2019 una espada de Damocles sobre su cabeza. La Tesorería de la Seguridad Social le derivó una deuda de 6 millones de euros contraída entre 2009 y 2010 por los antiguos propietarios, la sociedad Pickman la Cartuja de Sevilla. Ultralta recurrió la resolución ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, entre otras cosas porque aceptar esa derivación suponía echar el cierre a la centenaria fábrica de loza. Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha admitido el recurso de Ultralta contra la resolución de la Seguridad Social. Aunque ya no está en la cuerda floja, los problemas de la fábrica no acaban aquí, ya que aún tiene pendiente la firma de un convenio de acreedores y la búsqueda de inversores para modernizar su maquinaria e instalaciones.
La empresa ha vivido en las últimas décadas importantes vicisitudes económicas que han puesto en riesgo su supervivencia. En 2014 fue adquirida por Ultralta, propiedad de Ana Zapata (86,50%) y Mario Vázque Iriberri (13,50%), actual director de la fábrica.La comecializadora de sus productos es de la sociedad La Cartuja Distribución 1841, propiedad de European Lifting Company (86,5%), ligada a la familia Zapata, y Mario Vázquez.
La derivación de la deuda obligó a Ultralta a solicitar el concurso de acreedores voluntario con un déficit patrimonial de 9,5 millones de euros, de los que 6,1 millones correspondían a la deuda que le reclamaba la Seguridad Social. Mario Vázquez Iriberri, consejero delegado y accionista de Ultralta, declaró entonces a ABC que la única salida que le quedaba para sobrevivir a la fábrica de La Cartuja Pickman era recurrir la sentencia porque con esa deuda nadie querría quedarse la fábrica, ubicada en Salteras (Sevilla).
Argumento
La propietaria de la fábrica defendió que su actuación había estado presidida por la transparencia y fiscalizada por el Juzgado de lo Mercantil 2 de Sevilla. Asimismo, recordó que el auto judicial que autorizó la venta de la unidad productiva de La Cartuja Pickman a Ultralta contó con el apoyo de los trabajadores y de los agentes sociales, y que la Fiscalía consideró fortuito el concurso de acreedores. Por su parte, la Seguridad Social entendió que hubo fraude en la sucesión de empresa, denunciando la coincidencia temporal de socios y administradores en varias empresas del grupo.
El TSJA deja claro ahora que el juez concursal resolvió la venta de la unidad productiva activa con exclusión expresa de la responsabilidad por las deudas de la Seguridad social precedentes. «No hay duda por lo tanto de la existencia de sucesión empresarial y asimismo de que la cuestión sobre la responsabilidad por las deudas con la Tesorería de la Seguridad social había quedado excluida», indica la sentencia de 18 de abril de 2022, que subraya que la sucesión de empresa estuvo amparada en la resolución judicial. Contra la sentencia se puede interponer recurso de casación en el plazo de treinta días desde la notificación del fallo.
Facturación y plantilla
Esta fábrica, que llegó a tener más de 22 hornos y 500 operarios (ahora tiene algo más de medio centenar), está obsoleta y los nuevos dueños han estado haciendo inversiones modestas para seguir adelante, en tanto se conocía la sentencia del TSJA. En 1991 facturaba 8 millones de euros, pero en 2020 sus ingresos cayeron los 749.921 euros y sus pérdidas alcanzaron los 601.786 euros. Sin embargo, en 2021 la fábrica levantó cabeza, facturó 1,3 millones de euros, un 81% más, y redujo sus pérdidas hasta los 278.249 euros, un 55% menos. La empresa espera cerrar 2022 con casi dos millones de euros de facturación y unos beneficios de 144.216 euros. Para 2023 prevé facturar 2,2 millones y ganar 411.000 euros,
En los más de tres años que ha tardado en salir el fallo judicial, la empresa ha continuado fabricando loza y haciendo frente al pago de las nóminas, aumentando sus dificultades con la pandemia y los confinamientos, que propició el cierre de comercios y grandes superficies (El Corte Inglés es uno de sus puntos de venta más importantes), y la contracción del consumo. Ahora, sufre el retraso de materias primas básicas para la producción, lo que ha provocado retrasos en la fabricación y entrega de productos.
Convenio de acreedores
La anulación de la derivación de responsabilidad de la deuda de 6,1 millones de la extinta Pickman La Cartuja de Sevilla evita su liquidación, pero no arregla definitivamente la situación de la fábrica, ya que ahora necesita firmar un convenio con los acreedores y convenios particulares con los acreedores públicos, como la Agencia Estatal Tributaria o la Tesorería de la Seguridad Social. Sin embargo, la sentencia no es firme y si Tesorería de la Seguridad Social recurre, hasta que no haya un nuevo fallo la deuda ahora anulada computará para los porcentajes de asistencia y voto en la junta de acreedores.
Fuente: ABC