El actor se emociona en su primera entrevista tras la tragedia: «La mera idea de que alguien hubiera puesto una bala de verdad ni siquiera era posible»
Alec Baldwin aseguró este jueves que no fue consciente de que había disparado a la directora de fotografía Halyna Hutchins hasta que pasaron varios minutos después del accidente.
«Pensé para mis adentros: ‘¿Se desmayó?’ La noción de que había una bala real en esa pistola no se me ocurrió hasta que pasaron probablemente 45 minutos o una hora», explicó el actor durante una entrevista emitida por la cadena ABC, la primera que concede tras el trágico incidente de octubre.
De acuerdo con Baldwin, la confusión en el estudio era evidente ya que nadie «podía entender» qué pasó en los segundos inmediatos al disparo, hasta el punto de que él llegó a pensar que su compañera había sufrido un infarto.
«La mera idea de que alguien hubiera puesto una bala de verdad ni siquiera era posible», dijo visiblemente emocionado.
En horario de máxima audiencia y a través de una de las principales cadenas de la televisión estadounidense, el actor ofreció, entre lágrimas, una detallada descripción del momento en el que se produjo el accidente mortal.
Baldwin insistió en que él «nunca apretó el gatillo» pero que, siguiendo las instrucciones de la propia directora de fotografía, amartilló el arma para ponerla en posición de disparo durante un ensayo de posiciones de cámara para el filme Rust.
«Ella está al lado de la cámara. La cámara está aquí. Ella me está dando instrucciones sobre cómo quiere el ángulo de imagen de la escena y yo saco el arma», describió.
«No estoy apuntando a la lente de la cámara. Sostengo el arma donde ella me dice que la sostenga. Que resultó ser debajo de su axila. (…) Continuamos y entonces empiezo a amartillar el arma. No voy a disparar. Ella dice: ‘solo represéntalo, ¿puedes verlo?’. Y luego suelto el martillo de la pistola y la pistola se dispara», continuó.
Tras el disparo Baldwin se quedó de pie durante un minuto junto a ella, que aún estaba consciente y en estado de shock hasta que finalmente se desvaneció. «Todo el mundo estaba horrorizado», indicó.
Aún, cuando ha pasado más de un mes del suceso, Baldwin sigue sin conocer la procedencia de esa bala. «Alguien puso munición real en esa pistola, una bala que ni siquiera debía estar en el edificio», afirmó.
Y zanjó la pregunta al sostener: «No puedo decir quién fue pero no fui yo».
El actor, que también ejercía de productor en el filme, rompió a llorar al hablar de Hutchins: «No me parece real – aseguró – (…) Era querida y admirada por todos los que trabajaban con ella».
La entrevista se emite la misma semana en la que los investigadores del estado de Nuevo México (EE.UU.) han ordenado el registro de la empresa que suministró la munición y las armas para el rodaje del filme.
Según la prensa local, la Policía trata de averiguar el origen exacto de la munición que entregó la empresa PDQ Arm & Prop LLC, una compañía con sede en Albuquerque y cuyo dueño, Seth Kenny, dijo a las autoridades que recordaba haber visto una cargamento que «le llamó la atención» porque estaba etiquetado de manera inusual.
El propietario del negocio había trabajado anteriormente con el padre de Hannah Gutiérrez Reed, la joven de 24 años contratada como encargada de las armas en la producción de Baldwin y cuyo progenitor ha reconocido que en otros rodajes usó munición real para prácticas de tiro.
Hace dos semanas la supervisora del guion de la película, Mamie Mitchell, y el jefe de iluminación, Serge Svetnoy, presentaron demandas contra Baldwin y otros miembros de la producción por poner en riesgo la seguridad de los empleados.
Las declaraciones de miembros del equipo que trabajaban en el rodaje de Rustdescriben un ambiente de trabajo precario en el que las protestas se amontonaban y por el que dimitieron media docena de empleados el mismo día del accidente.
Por su parte, el alguacil de la localidad Santa Fe, Adan Mendoza, dijo el mes pasado que había encontrado unos 500 cartuchos de munición en el estudio, entre los que había una mezcla de «cartuchos de fogueo, balas falsas y balas verdaderas».
Fuente: Diario de Sevilla