El programa se realizará por tercer año consecutivo y está dirigido a los alumnos de Primaria o de los dos primeros cursos de Secundaria
Los lunes, a la piscina y de martes a viernes, jugar y aprender. Es el plan que ha diseñado el colegio Valeriano Bécquer para sus alumnos dentro del Plan de Refuerzo Estival ideado por la Consejería de Educación. Se trata de un programa que transforma los centros educativos en ‘academias’ para que los niños, en grupos reducidos, repasen conocimientos, adquierran hábitos saludables y jueguen durante todo el mes de julio.
Este es el tercer verano en que se pone en marcha este programa, lo que consolida un modelo de ayuda a los niños para que mejoren sus conocimientos en materias básicas como Matemáticas o Lengua y, además, pasen un mes de juegos. El plan es además gratis para las
familias, subrayan desde la consejería que dirige Javier Imbroda.
Tras una primera edición piloto en el verano de 2019, la del año pasado se vio marcada por la crisis del coronavirus. Aún así, según cifras ofrecidas por el consejero de Educación la pasada semana, unos 9.000 alumnos se apuntaron a esta academia gratis de verano. A eso se suman los casi 1.500 docentes que se inscribieron de forma voluntaria para dar clases en el proyecto educativo.
Fueron los padres quienes mejor puntuaron la experiencia el año pasado. El 92 por ciento de los progenitores que llevaron a un hijo al Plan de Refuerzo Estival mostraron un grado de satifacción máxima con el programa. Además, el 90 por ciento lo recomendaría.
¿Y los docentes? Según la evaluación de Educación, el 89 por ciento del claustro que participó en el programa destacó que se desarrolló sin incidencia y con la colaboración de los equipos directivos.
Matrícula, del 11 al 17 de junio
Con ese alto grado de satisfacción el plan regresa este mes de julio con la ambición de llegar a más alumnos, que deben matricularse entre el 11 y el 17 de junio. Los profesores que quieran dar clases en este programa también tienen esos días para apuntarse. Recibirán, explicó Imbroda, 30 euros por cada hora de docencia.
Para este año no hay una previsión de cuántos centros se cogerán al programa. Primero los colegios e institutos deben apuntarse y la decisión está en manos del claustro de profesores, que ha de informar al Consejo Escolar. Además, para ser parte del plan, hay que cumplir con ciertos mínimos de instalaciones, climatización y áreas deportivas. También tienen en cuenta desde Educación a la hora de seleccionar los centros que no haya obras previstas durante el mes de julio o que se garantice la limpieza del colegio.
Los alumnos, por su parte, deben contar para apuntarse con un informe del equipo docente en el que se recomiende su asistencia al programa de refuerzo firmado por el tutor o el reponsable del centro educativo. Y si el colegio del niño no está dentro de los seleccionados para ser parte del programa, indican desde la Junta, el niño podrá ir a uno que esté en la misma localidad o provincia.
La idea de este proyecto, destacan desde la Consejería de Educación, es luchar contra el fracaso escolar y el abandono de los estudios. De 9 de la mañana a 2 de la tarde durante la primera quincena de julio, la segunda o todo el mes -como decidan los padres del alumno-, los niños tendrán talleres de refuerzo lingüístico de inglés, de Lengua, de Matemáticas… Usando nuevas tecnologías y de forma amena, se busca que los niños mejoren su rendimiento.
Como si un campamento educativo o una academia pública se tratara, los alumnos practican materias básicas, juegan y adquieren hábitos de vida saludables. «Estudian Lengua y Matemáticas pero de otra forma, no repetimos lo que hacemos en el curso», explica Carmelo Villegas, director del colegio Valeriano Bécquer.
Muchos de los colegios que el año pasado ya tuvieron el plan han notado este año que el interés entre los padres crece. Lo confirma Villegas, que certifica que tienen más peticiones de participación tanto de alumnos como de profesores. «Y casi todos los del año pasado repiten. Salieron encantados», señala.
Conciliación
Villegas indica que, además de la ayuda educativa, hay un vector de este programa básico para las familias: la conciliación. «Es un tema fundamental. Los padres tienen dónde dejar a los niños el mes de julio, un mes en el que no todo el mundo tiene vacaciones.Y encima su hijo está pasándoselo bien y aprendiendo», señala. Además, «este año incluso queremos ir los lunes todos a la piscina, eso les va a gustar mucho», detalla.
El director del Valeriano Bécquer destaca que en muchos casos los estudiantes mantienen sus profesores del curso. «Los padres están encantados. Hay continiudad y los docentes conocen a los niños», señala. Y añade que como no tiene coste para los alumnos, el plan es más atractivo. «Estamos en un barrio de gente trabajadora, todas las actividades que planteamos tienen que ser así, gratis para las familias».
Fuente: ABC