El Hospital Macarena coordina en España un estudio internacional dirigido a profesionales sanitarios para evaluar la eficacia de la vacunación reciente con BCG para prevenir infecciones graves
Cada día hay nuevas evidencias de que la vacuna contra el coronavirus no llegará a corto plazo, de ahí que se insista en protegerse de la gripe, del neumococo y, tal y como indica la Sociedad Española de Inmunología, de la tuberculosis. Una vieja vacuna, la BCG, desarrollada hace cien años para luchar contra el azote de esta antigua enfermedad en Europa y que ahora se ha convertido en una posible vía de escape en la búsqueda de un modo rápido de proteger, entre otros, a lostrabajadores sanitarios. Un sector altamente expuesto al virus y en el que los científicos, a través del ensayo Brace, han empezado a probar en distintos países del mundo la vacunación reciente con BCG para evaluar su eficacia para prevenir las formas graves del Covid-19, existiendo ya datos de algunos estudios observacionales que apoyan esta teoría.
España es uno de los países elegidos para participar en este estudio y el Hospital Virgen Macarena, el encargado de coordinar su desarrollo en los centros españoles a través del equipo de investigación de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva que dirige el doctor Jesús Rodríguez Baño y en colaboración con los servicios de Neumología y Medicina Interna, pilotados por los doctores Agustín Valido y Miguel Ángel Rico, respectivamente.
“Estamos muy ilusionados porque más allá de que dentro de poco podamos participar en ensayos de vacunas específicas del Covid-19, en los que también trabajaremos, ésta es otra vía y alternativa que, además, cuenta con la parte positiva de que es una vacuna muy segura y que es muy bien conocida”, manifiesta Rodríguez Baño.
La base sobre la que se asienta este estudio, y así lo corrobora el jefe de la unidad de Infecciosos del Macarena, es la probada capacidad de la vacuna BCG para potenciar el sistema inmune y hacerlo capaz de reconocer y responder a una variedad de infecciones, entre ellas de virus, bacterias y parásitos, según los expertos, provocando una estimulación de la inmunidad innata. Un motivo por el que ya se utiliza en el tratamiento de determinadas enfermedades neoplásicas y algunos tipos de cánceres.
“A raíz de unas observaciones se planteó la posibilidad de que las personas que se habían vacunado recientemente contra la tuberculosis podían tener menos riesgo de tener una infección grave de coronavirus. Esta cuestión tiene una base racional y es que, más allá el efecto específico contra la tuberculosis, produce un efecto inespecífico sobre lo que se llama la inmunidad innata, que es la formula más inmediata de defensa y más genérica que desarrolla nuestro sistema inmunológico y que nos puede defender de indeterminadas infecciones”, explica el doctor y añade, “es por ello que ya se utiliza en algunos cánceres como por ejemplo el de vejiga porque esa inmunidad innata también tiene un cierto efecto contra este tipo de tumor”.
De este ensayo, ofertado a trabajadores del ámbito sanitario por su potencial exposición a pacientes con Covid-19, no se espera la inmunidad contra el coronavirus, pero sí que las personas vacunadas no desarrollen la forma grave de la enfermedad. Es decir, “que puedan pasar el Covid como una gripe leve o un catarro común, evitando ingresos hospitalarios y muertes”, explica Rodríguez Baño. La vacunación se hace en una única dosis y, en principio, la única indicación es que los participantes no sean personas inmunodeprimidas, que tengan falta de defensas.
Hasta el momento ya se han vacunado más de 3.000 profesionales en todo el mundo y según el doctor, los primeros resultados podrían llegar “en un par de meses”. En España, son entre cinco y diez hospitales los que van a participar, sin que hasta la fecha estén todos confirmados. Los primeros en empezar a reclutar voluntarios serán, por un lado, el Virgen Macarena, que, como coordinador del proyecto a nivel nacional dará el pistoletazo de salida en los próximos días, y, por otro, el Germans Trias i Pujol de Barcelona, a los que pueden acudir todos los profesionales sanitarios interesados en participar en el estudio.
“Nosotros hacemos un llamamiento a los compañeros para que participen, pero no sabemos qué respuesta va a tener este estudio. Estamos preparados para recibir un buen número de participantes aunque sabemos que es difícil porque hay que explicar que esta vacuna no es la vacuna del Covid y hay que dar mucha información para que los compañeros la conozcan más”, concluye Rodríguez Baño.
Fuente: Diario de Sevilla