Hay quien no tiene el más mínimo respeto ni decoro sobre sus propias palabras y su propio discurso. Un líder de cualquier tipo, ya sea empresario, político, sindicalista, jefe de algo, enseñante o padre de familia, lo último que puede dejar de ser es “COHERENTE” y “VERAZ” y, sobre todo…”HONESTO”. Pero hay quien lleva en sus genes la necesidad de vivir inmerso en la mentira permanente como técnica vital, porque esa técnica, hasta que se le descubre, le da rendimiento. Suele ocurrir con los personajes a los que lo único que les importa son ellos mismos. En psicología está perfectamente descrito con la palabra “EGOLATRÍA” que es el culto o adoración de sí mismo, es decir, consiste en la admiración excesiva de alguien hacia su propia persona sin importarle ni principios ni moral, ni colectivo, solo se importan ellos mismos. Incluso hacen alarde de su habilidad… Suelen ser también narcisistas y egocéntricos y todo les suele valer con tal de conseguir sus objetivos, incluyendo la mentira, el engaño, la pose y el falso discurso. En política se puede ser de todo pèro la mentira, ya sea por utilizarla como concepto o para el engaño o la corrupción, antes o después. y aunque a este tipo de personajes no le importe, siempre se acaba pagando para pasar a la historia a lomos del olvido y el desprestigio y con el desprecio del personaje. El relato histórico está lleno de estos prototipos de líderes casuales que vendieron su moral e incluso su alma por conseguir chulear ante el espejo de sus vidas al no poderlo hacer ante la admiración de los demás y mucho menos antes sus propias conciencias. Dicen defender y trabajar por los demás pero nunca lo hacen porque su prioridad de intereses siempre son los suyos. Venden que viene a cambiar la sociedad, a hacerla más justa pero no le importa perjudicarla si es necesario y son capaces de pactar con el diablo con tal de seguir sintiéndose el centro. Se venden como innovadores pero son involucionistas contra natura y siempre miran hacia atrás para justificar su justicia histórica antes los más ignorantes que son los que se suelen dejar arrastrar con el fácil argumente de ajusticiar un pasado que la mayoría no ha vivido en vez de dedicar ese tiempo a un futuro que si van a vivir y que siempre suele ser incierto. Siempre tienen tendencia al pensamiento único y todo el que piensa diferente o los cala son definidos como ciudadanos sin derecho a la opinión o calificados con etiquetas ideológicas del pasado ….lo peor es que estos prototipos de líderes de escaparate suelen llegar al poder engañando incluso a los suyos propios que son quienes los apoyan y los aupan y que, sin darse cuenta, se convierten en cómplices necesarios pero cuando sin conscientes de su error ya es tarde…el daño está hecho.
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