Agustina Roselló, experta en heridas crónicas y complejas del Hospital de Valme, ha curado a trescientas personas en el último año y formado a medio millar de profesionales sanitarios
Su nombre es Agustina Roselló aunque todos la llaman Tina en el Hospital de Valme, donde trabaja desde hace más de veinte años. Ella es la enfemera que sabe más de heridas malas en Sevilla y ha curado a cerca de trescientos pacientes en el último año. También ha formado en estos últimos meses a más de medio millar de profesionales en el tratamiento de heridas difíciles que no cicatrizan y producen mucho dolor.
Tina muestra una gran empatía con sus pacientes y ha realizado varios máster y cursos de expertos en distintas universidades españolas para tratar de curarlos. Su pericia y el número creciente de enfermos con esta patología animó al Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla a crear hace un año, de una forma pionera en Sevilla, la Enfermería de Práctica Avanzada en Heridas Crónicas Complejas (Epachcc) por la que han pasado tres centenares de enfermos que se han beneficiado del buen hacer de Tina y su equipo.
Esta nueva figura asistencial pretende dar respuesta a un importante problema de salud que no deja de crecer tanto en los centros de atención primaria como en los hospitales. Sus principales víctimas suelen ser pacientes frágiles, personas de edad avanzada, hipertensos, diabéticos y dependientes cuyas heridas no suelen cicatrizar como las de personas sanas o más jóvenes.
Tina no recuerda cuántas heridas ha visto en el Hospital de Valme pero sí que siempre puede aparecer una peor. Siempre le atrajeron las heridas y empezó a curarlas al principio de su carrera profesional de forma autodidacta, con lo que leía por su cuenta. «Recuerdo que en la UCI los compañeros se fijaban en cómo curaba. Siempre se me ha dado bien», cuenta a ABC. Con la experiencia y los cursos que ha realizado en la Universidad de Cantabria y la Universidad Católica de Valencia su don natural para tratarlas se ha reforzado mucho y ha creado escuela en Sevilla.
El Hospital Virgen Macarena se fijó en ella hace unos meses para crear una figura parecida con excelentes resultados. «Han venido a preguntarme y yo les he enseñado todo lo que he aprendido en estos años. Cualquier herida que se cronifique en el tiempo marca al paciente y da mucha pena ver a estas personas con heridas que le limitan mucho en su vida personal y social, por ejemplo, para asistir a la boda de sus hijos», cuenta.
Las heridas de los toreros no son las peores, según ella, porque cicatrizan bien. «En la gente joven sin patologías no suelen complicarse. En personas mayores o diabéticos la cosa cambia y además se suele complicar con los medicamentos que reciben para otras dolencias cuyos efectos secundarios pueden complicar la curación de sus heridas», cuenta Tina.
Es el caso de los anticoangulantes. «Todos los fármacos tienen efectos secundarios y la mezcla diaria que deben hacer muchas personas mayores o con pluripatologías no ayuda a la evolución de las heridas», asegura.
Las heridas crónicas y complejas son lesiones de la piel que no cicatrizan o evolucionan adecuadamente en el tiempo esperado. Pueden provocar complicaciones muy graves e incidir negativamente sobre la calidad de vida. Las más frecuentes se dividen en dos grandes grupos: lesiones relacionadas con la dependencia (úlceras por presión, lesiones cutáneas asociadas a la humedad y lesiones por fricción y cizalla) y las lesiones en extremidad inferior que se identifican con las úlceras venosas, pie diabético y úlceras atípicas.
Tina y su equipo tratan también tratan las heridas quirúrgicas expuestas a una sobreinfección. «Las más dolorosas son las de índole inflamatorio o inmunológico. Esa exacerbación tan brutal del dolor se produce por el mero hecho de rozar suavemente una gasa. También son muy dolorosas las quemaduras por abrasión que se producen en los accidentes de moto», cuenta Tina. Algunas de estas heridas pueden durar años si no están correctamente tratadas.
–¿Las heridas matan?
-Una herida crónica no te mata. Lo que sí te puede matar es una herida oncológica. Un carcinoma de mama muy evolucionado produce una terrible herida en la piel que se hace cada vez más grande y no tiene cura.
En estos casos y otros muy extremos se deriva al paciente a la unidad del dolor donde se manejan fármacos muy potentes. También hay anestésicos tópicos que ayudan a mitigar el dolor durante las curas. «El ambiente hospitalario es más hostil para los pacientes, con más riesgo de infecciones, por lo que resulta menos desagradable si se realizan en su domicilio», cuenta Tina.
La peores heridas, no obstante, se producen por inmovilidad o incontinencia en pacientes pluripatológicos y polmedicados. Los pacientes encamados sufren muchas heridas por presión en su piel. Siempre se trata de ofrecer la mejor opción terapéutica posible para estas dolencias.
El Area de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla destaca la nueva función de consultoría de heridas crónicas complejas y la califica de gran avance en el abordaje de esta dolencia. «Se trata de una actuación que se hace de forma presencial, a pie de la cama del enfermo o de forma telemática resolviendo dudas en atención primaria o centros socio-sanitarios. En la mayoría de los casos, y dada la gravedad de muchas de estas heridas, requiere de diferentes visitas para un mismo paciente por parte de esta profesional», aseguran fuentes hospitalarias.
El origen de las peticiones de consultoría realizada a lo largo de este año de funcionamiento de la Epachcc fue en un 65 por ciento de carácter hospitalario y en un 35 por ciento de atención primaria. Las unidades hospitalarias más demandantes fueron cirugía vascular, medicina interna, enfermedades infecciosas y ginecología. Por su parte, los centros de salud del sur de la provincia que más solicitaron este apoyo asistencial fueron San Hilario y Doña Mercedes,de Dos Hermanas; y Nuestra Señora de las Nieves, de Los Palacios.
Las úlceras por presión son las más frecuentes, seguidas de las úlceras arteriales, las venosas, neuropáticas y las relacionadas con infecciones.
La labor de formación de esta enfermería avanzada ha incluido medio millar de profesionales, entre enfermeros, residentes y médicos. El sesenta por ciento de los cursos han llevado el sello de la acreditación.
Los cursos ilustraron la prevención de la úlcera por presión y cuidados de la piel, el manejo de la dehiscencia en la cirugía ginecológica, el manejo de apósitos y un taller de terapia compresiva, además del abordaje del pie diabético a través de un taller monográfico, celebrado en colaboración con la Facultad de Podología de la Universidad de Sevilla.
Se ha creado asimismo un catálogo de material para el tratamiento de las heridas. Este manual recoge la totalidad de productos que se utilizan, lo cual garantiza la continuidad de esos cuidados terapéuticos en todos los centros de atención primaria tras el alta hospitalaria del paciente.
Fuente: ABC