Las compañías aéreas, que desde el pasado marzo mantienen la mayor parte de sus flotas en tierra, ya preparan la operativa para un verano atípico que comenzará mucho más tarde de lo esperado. Las principales aerolíneas que vuelan al aeropuerto de Sevillamantienen la programación para los meses cálidos y anuncian ofertas para viajar a partir de septiembre. Es en esta fecha cuando se espera recuperar cierto movimiento, si la pandemia está controlada para entonces. No obstante, el sector turístico de la ciudad es consciente de que habrá una inevitable pérdida de rutas, no porque el destino haya dejado de ser atractivo, sino por la situación económica de estos grupos, que sufren pérdidas millonarias por la falta de actividad.
Las primeras previsiones que maneja Turismo Sevilla es una caída del un 20 por ciento de las conexiones, entre ellas las que operan más de una aerolínea. Este es un diagnóstico muy preliminar de la situación, en vista de que todavía sigue en vigor el estado de alarma y que ya se prepara una nueva prórroga del mismo que durará hasta el 10 de mayo. «La recuperación dependerá mucho del pulmón financiero que tienen las aerolíneas o de las medidas de rescate que se planteen en cada país», señalan fuentes del sector turístico, que dan ya por perdido el otoño.
Pero en medio del pesimismo que domina la situación, confían en las fortalezas de San Pablo, que contribuirán a sortear la crisis mejor que otros aeropuertos vecinos. La primera, y quizá la más importante, es el peso que todavía tiene el mercado nacional, que a lo largo del 2019 sostuvo el 48,8 por ciento del tráfico de pasajeros y que será el primero en recuperarse. La mayor parte de la operativa de empresas como Vueling, la segunda en importancia para el recinto sevillano -mueve el 27% del total de pasajeros-, se realiza entre ciudades españolas. Ryanair, que es la de mayor actividad, tiene once rutas internas de las 54 programadas para el verano y con un buen volumen de frecuencias semanales.
La segunda ventaja es el recurso complementario del hangar de mantenimiento de esta misma compañía, en el que realiza reparaciones pesadas de toda la flota. Eso significa una conexión regular hacia la capital andaluza, generando un anclaje de los destinos que mantiene operativos y que son rentables ante futuros planes de reestructuración para hacer frente a la crisis.
Otro motivo de esperanza es el mantenimiento de rutas estrella a pesar de haber nacido frustradas. Es el caso de la conexión Sevilla-Estocolmo que la compañía SAS estrenó a finales de febrero, pero apenas pudo realizar unos pocos trayectos cuando las medidas de confinamiento dejaron el avión en tierra. La empresa volverá a programar el vuelo en las mismas fechas de 2021 y ya lo comercializa a través de su página web.
Vía: ABC