La autoexigencia es una de las características de esta sevillana de 51 años que ha llegado hasta la final de Maestros de la costura. Margarita, empezó a coser desde pequeñita, porque su madre les hacía la ropa y ella practicaba con los retales que sobraban, pero seguro que nunca imaginó que podría convertirse en la ganadora del talent show de costura.
Margarita es súper rápida, resolutiva e imaginativa, como ella dice en su presentación, pero en alguna ocasión, innovar no le ha salido del todo bien. El experimento que hizo con los tintes en la cuarta semana le costó la expulsión.
Margarita vuelve al taller tras ser repescada
Como buena deportista de élite, Margarita no se rinde, y en la prueba de repesca hizo todo lo posible por volver al taller. Su preciso trabajo, homenaje a Extremadura, le valió para ser la aprendiz repescada, por delante de sus compañeros, Arantxa, Marc, y Helen, cuyos diseños no terminaron de convencer a los jueces para. Margaría volvía a Maestros de la costura y lo hacía con todas las ganas de quien quiere competir por un puesto en el duelo final.
La autoexigencia de Margarita
“Si vuelvo a entrar en Maestros de la costura, empieza la competición, y van a encontrar y van a conocer a la verdadera Margarita competitiva“, decía antes de conocer el veredicto. Esa competitividad ha hecho que tuviera algún rifirrafe con sus compañeros, pero también que se autoexigiera muchísimo a ella misma.
A pesar de que, según ella, las terminaciones no las lleva bien, esa autoexigencia le ha llevado a elaborar prendas muy bien valoradas por el jurado, como cuando diseñó un vestido para alfombra roja con un presupuesto ajustado. En esta ocasión consiguió hacerse con el oro.
Esta prueba seguro que le ha servido para prepararse de cara a lo que le gustaría hacer. Su sueño es tener una marca propia, y crear una página web de vestidos de novia y de fiesta low cost. Ese sueño está cada vez más cerca.
