Los servicios de emergencia la trasladaron a otro centro, le realizaron una cesárea de urgencia pero no consiguieron salvar su vida ni la del bebé
Su imagen tumbada en una camilla, ensangrentada, con la mirada perdida y en shock, agarrándose la tripa de un avanzado estado de embarazo dio la vuelta al mundo y se convirtió en la cara más terrible de la guerra en Ucrania. La mujer había sobrevivido al ataque ruso contra el hospital materno infantil de Mariupol, en el sureste de Ucrania, que se produjo el pasado miércoles, y estaba siendo trasladada de urgencia a otro centro hospitalario. Este lunes, según publica la agencia The Associated Press, se ha conocido que tanto ella como su bebé han muerto.
Pese a los esfuerzos de los servicios de emergencia que la trasladaron a otra instalación sanitaria, no se pudo hacer nada. En este segundo hospital, cerca de la línea de combate entre ucranios y rusos, un equipo de médicos, según el relato de AP, trataron de mantenerla viva. El cirujano Timur Marin le ha relatado a la agencia estadounidense que la mujer tenía la pelvis destrozada y la cadera dislocada. Fue entonces cuando realizaron una cesárea de urgencia, pero el bebé nació “sin signos de vida”. Cuando la mujer fue consciente de que iba a perder al bebé gritó: “Matadme ahora”.
La madre murió tras más de 30 minutos de intentos por reanimarla, ha dicho Marin a AP que ha asegurado que no pudieron identificarla en mitad del caos que se produjo tras el bombardeo al hospital de Mariupol donde murieron tres personas, entre ellas una niña, y resultaron heridas otras 17. El padre y marido de la mujer han ido a recoger los restos mortales al hospital. “Por lo menos alguien ha venido y no ha acabado en la fosa común de la ciudad”, han dicho los médicos.
Fuente: El País