Si en dos semanas no se enmienda la peor sequía de los últimos 25 años habrá serios problemas agrícolas
La región acumula una serie de obras de Estado hidráulicas pendientes que hacen la situación aún más ‘sangrante’
En las próximas dos o tres semanas no serán solamente los agricultores y ganaderos los que van a mirar arriba todos los días para ver si cae agua del cielo. La amenaza de la peor sequía de los últimos 25 años va a afectarnos a todos si no llueve esta primavera: alza de los precios, escasez de productos, menor tamaño de los mismos, más paro, abandono de explotaciones por no ser rentables y posibles cortes de suministros.
La mitad del campo español ya está en situación de alerta por sequía y en caso de que siga sin llover de manera significativa, hasta los cultivos de secano podrían verse afectados en su rendimiento entre un 60 y un 80 por ciento, según un informe de las organizaciones agrarias.
La reserva de agua en el conjunto de los embalses en Andalucía baja todas las semanas porque a la falta de lluvias hay que añadir altas temperaturas atípicas en estas fechas que favorecen la evaporación. En la actualidad, los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, de donde mana el agua que riega la casi totalidad de Andalucía, se encuentran al 28,59% de su capacidad. Esto supone un 10,13% menos que hace un año, cuando contabilizaban 4.469 hectómetros cúbicos (40,01%).
Exenciones fiscales o préstamos bonificados
Andalucía pide auxilio a Madrid y desde allí quieren que Europa se implique. La consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, ha participado en el Consejo Consultivo de Política Agraria para Asuntos Comunitarios y ha solicitado la constitución de una «mesa nacional de la sequía» para fijar medidas de apoyo al sector agrario. Su homólogo de Extremadura ha pedido lo mismo. Junto a Murcia y Castilla-La Mancha son las cuatro comunidades más afectadas. Crespo ha solicitado ante el Ministerio de Agricultura «soluciones y medidas de apoyo para nuestros agricultores en forma de ayudas, exenciones fiscales o préstamos bonificados», con el objetivo de «reducir los efectos de la sequía sobre la rentabilidad de las explotaciones».Para que se hagan una idea de la rentabilidad de este negocio donde apenas hay festivos ni vacaciones, un kilo de naranja se está pagando a 14 céntimos de euro
Estos últimos no están con el agua al cuello precisamente por las lluvias, sino por la limitación de los riegos, la subida del gasoil, los productos fitosanitarios, las semillas, los plásticos, y ahora con la nueva reforma laboral y la subida de los sueldos mínimos, muchos, con una media de más de 55 años, piensan todos los días en dar el cerrojazo. Para que se hagan una idea de la rentabilidad de este negocio donde apenas hay festivos ni vacaciones, un kilo de naranja se está pagando a 14 céntimos de euro.
Según los datos de la Consejería, se ha producido una reducción del 47 por ciento de la pluviometría con respecto al año anterior, «y de no mejorar la situación y llover en las próximas dos semanas, la caída de los rendimientos va a oscilar entre un 40 y un 60 por ciento en el cereal, viéndose afectado también el olivar».
Cuatro posibles escenarios
Por eso, estas semanas serán clave si faltan las nubes bien negras. Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en la Península las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre hasta febrero de 2022 se quedaron un 36 por ciento por debajo del valor normal para el periodo de referencia 1981-2010. Los planes especiales de sequía identifican cuatro posibles escenarios —normalidad, prealerta, alerta y emergencia— para los siguientes meses respecto a la atención de las demandas. En cada escenario hay una serie de medidas para evitar que se pase a una fase más severa.
La declaración oficial de sequía se emite —de acuerdo con la Ley de Aguas—, con la aprobación de un Real Decreto, para lo que las cuencas hidrográficas afectadas deben cumplir una serie de requisitos. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ya tiene el decreto de sequía emitido por el Consejo de Ministros hace tres meses y medio, pero aún está pendiente de desarrollo. Por lo pronto, los cultivos de arroz, que se hacen mediante inundación, se reducirán a la mitad en Andalucía.
La agricultura y la ganadería, los dos sectores que más han invertido en el aprovechamiento responsable del agua con la técnica de sólo gastar la que necesiten, emplean el 80% del total. El agua para consumo humano está garantizada, al menos para dos años.Las organizaciones agrarias, —que llevan denunciando la sequía desde hace mucho tiempo, como Asaja—, afirman que los cultivos se han desarrollado tarde y de forma insuficiente.
El comodín de Europa
El problema de la falta de agua en un país que abandonó los grandes trasvases —cuando el Plan Hidrológico Nacional de la época de Aznar se encontró con el no rotundo de Cataluña— , es de tal magnitud, que ya aparece el comodín de Europa. España y Portugal pedirán que el próximo Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea active medidas.
Pero antes que llamar a las puertas de Bruselas hay que barrer en nuestra propia casa. La región andaluza acumula un retraso en una serie de obras de Estado pendientes que ahora se hacen más ‘sangrantes’. Empezando por el trasvase del Condado de Huelva de los ríos Tinto, Odiel y Piedras, fundamental para la conservación de Doñana. Aprobado en 2018 duerme ‘el sueño de los justos’. Falta el desdoblamiento del túnel de San Silvestre, la presa de Pedro Arco, la de Alcolea (al 20%), el canal de Trigueros y ampliar los bombeos de Bocachanza. En Almería, aumentar la desaladora de Carboneras, la reparación de la del Bajo Almanzora e incrementar la del Campo de Dalias; además de instalar energías renovables que garanticen un precio sostenible del agua desalada.
Una PNL del PP
Todos estos retrasos han sido presentados por el PP en una PNL en el Parlamento andaluz para que el Gobierno central actúe. Hace falta conducir agua desalada de la Venta del Pobre a Tabernas que garantice el abastecimiento humano y la sostenibilidad del regadío; y llevar agua desalada a Adra desde la desaladora del Campo de Dalias, todas en la provincia de Almería. Igualmente, que se ejecuten la totalidad de las conducciones de la presa de Rules en Granada y la de Siles en Jaén.
El aseguramiento de las dotaciones a Andalucía procedentes del trasvase Tajo-Segura. La aprobación por el Consejo de Ministros del trasvase de Iznájar a la Comarca de Antequera para garantizar el suministro de agua potable. El saneamiento integral de la Costa del Sol Occidental que incluiría en Málaga la desaladora de la Axarquía y el encauzamiento de los ríos Guadalhorce. Lo mismo pasa con el Guadarranque a su paso por San Roque en la provincia de Cádiz. Y por último, la ampliación y modernización de los regadíos del Genil-Cabra en las provincias de Córdoba y Sevilla.
Y con este obscuro y preocupante panorama, los paraguas siguen cerrados y nadie ‘se moja’, porque el chubasquero de mirar hacia abajo todo lo cubre.
Fuente: ABC