El Sevilla regresa a la competición que dejó la última vez alzando un título en Colonia y en la que ningún club europeo lo puede igualar
La disponibilidad de jugadores es todo un misterio
El disgusto de la eliminación de la Champions League en el Tirol austriaco hace tiempo que se rumió y hoy se abre paso en el sevillismo una nueva ilusión, la posibilidad de sumar un título más de la competición a la que le debe prácticamente todo la entidad que tiene su domicilio social en la calle Sevilla FC. El continente por el contenido. Es verdad que hay otros retos ilusionantes en una competición como la Liga, la que ofrece un plus motivacional y un gusanillo especial a profesionales y aficionados, pero la plata es la plata y el prestigio es el prestigio.
El Dinamo de Zagreb es la primera parada y nadie duda de que la tropa de Lopetegui va a poner todo el ardor necesario en el envite, también porque en el horizonte aparece una situación especial con la final marcada por los jerifaltes de la UEFA en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, lo cual sería un precioso guiño para el equipo que se despidió por última vez de este torneo una noche de agosto en la ciudad alemana de Colonia, donde Jesús Navas levantó el sexto título que hoy descansa y luce en el museo del estadio nervionense.
Es un torneo que trae a la memoria momentos irrepetibles y que ha hecho derramar lágrimas a generaciones de sevillistas. Abuelos, hijos y nietos vivieron juntos, restregándose los ojos, los éxitos de Eindhoven, Glasgow, Turín, Varsovia, Basilea y la citada Colonia, último bastión de esta serie de lujo que llegó a Sevilla en tres oleadas con Juande, Emery y por qué no ahora con Lopetegui, que ya tiene una medalla en su solapa.
Un torneo diferente
Aunque el equipo de Lopetegui está engolosinado con la lucha con el Real Madrid por la Liga, su historia en este torneo es muy especial.
Ausencias
Joan Jordán, por sanción, y Lamela y Suso, sin licencias y lesionados, son las únicas bajas seguras; el resto es todo una gran incógnita.
En el plano futbolístico, y en la dinámica en la que ha entrado el Sevilla de camuflaje total de cualquier tipo de información, los once que elija –o pueda elegir– el entrenador es un auténtico misterio. Unos piensan que es una decisión totalmente absurda y otros que es un pasito más para dar la mínima pista al rival. Es cierto que en el fútbol actual la mínima ventaja es un triunfo, pese a quien le pese, aunque el resultado es que a la afición no le llega ningún input.El lado bueno para ésta, si es que lo tiene, es que a la hora del partido se puede llevar la sorpresa en el caso de que algún jugador presuntamente lesionado o con Covid está finalmente en el once. No obstante, lo cierto es que ya es norma habitual no sólo en el Sevilla, sino en muchos clubes.
En el caso que nos ocupa, el del partido de hoy, nadie sabe por qué Martial, Tecatito o Rakitic no han entrenado los primeros días de la semana. O ni siquiera en realidad si han entrenado o no, porque –y esto no es de ahora– las sesiones son todas a puerta cerrada haya o no 15 minutos (los del calentamiento) para que los fotógrafos tomen imágenes.
Sin pistas
Las dudas residen sobre todo en si estarán Rakitic, Ocampos, Jesús Navas, Martial y Tecatito, si bien parece que estos dos últimos no.
Sin confianzas
El Dinamo de Zagreb, que fue segundo en su grupo, es un equipo teóricamente inferior en lo futbolístico, pero la competición es la competición: nunca se sabe.
El suizo-croata, sin embargo, estaba ayer con el grupo, mientras a Martial se le veía ejercitándose solo y de Tecatito no había noticias. Preguntarle a Lopetegui es chocar contra un muro o, directamente, embestir al capote de Roca Rey. Cualquiera sabe. Igual que con Ocampos y Jesús Navas, teóricamente recuperados y en condiciones de ser alineados.
Sea con unos o con otros, con la dificultad también que añade cualquier proceso de rotaciones para no caer en rendimiento con lo que hay en juego en la Liga, el Sevilla se reta con el campeón croata con la ilusión de retomar de la mejor manera posible lo que una vez empezó como un sueño y acabó en odisea de gloria y grandeza. Vuelve la Europa League y el sevillismo se pone de pie. Llega el hexacampeón.
Fuente: Diario de Sevilla