La delegación de Juan Carlos Cabrera propone al Consejo un convento que acoja un centro de interpretación
La idea es que acoja exposiciones temporales y un centro de documentación para las hermandades
La delegación de Gobernación y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla ha empezado a perfilar cómo será el museo de la Semana Santa que pretende poner en marcha junto al Consejo de Cofradías. Una vez descartada la idea de levantar un edificio de nueva planta en el solar de la Torre de la Plata, el delegado Juan Carlos Cabrera planteó la opción de que este espacio se ubicara en un convento del Centro de unas dimensiones suficientes para acoger un gran espacio expositivo que muestre a los sevillanos y, sobre todo, a los visitantes, cómo se viven en la ciudad los desfiles procesionales, que es una seña de identidad que actualmente la ciudad es incapaz de vender como atractivo turístico más allá de los días en los que se celebra la fiesta. La intención del Ayuntamiento es que sea un centro de interpretación, alejado de los habituales espacios expositivos donde mostrar el patrimonio.
Cabrera ha propuesto al Consejo de Cofradías un museo sensorial que suponga una inmersión para los visitantes en los olores, los sonidos, los detalles visuales, el tacto y hasta la experiencia gastronómica de la Semana Santa. Para ello, pretende crear una fundación o contratar una empresa especializada que diseñe un moderno habitáculo en el que se pueda proyectar un documental multisensorial, sin necesidad de que tenga que estar gestionado por el Consejo de Cofradías, que no tiene la infraestructura ni la capacidad suficiente para asumir este reto, pero que sí logre vincular a las hermandades para rellenarlo de contenido, no sólo de enseres, y que puedan obtener un beneficio.
Fiestas Mayores pretende que tenga una gestión público-privada y calcula que, con un museo de estas características, los ingresos podrían estar entre los seis y los siete millones de euros, por lo que las hermandades podrían obtener una fuente de financiación parano tener que depender tanto de la explotación de la Carrera Oficial. De hecho, la suspensión de las estaciones de penitencia por la pandemia en los dos últimos años ha creado un serio agujero económico en las cuentas de las hermandades que, incluso, en el caso de las de gloria, algunas han tenido que suspender su salida procesional al carecer de tesorería suficiente para afrontar los gastos. El delegado de Fiestas Mayores ha insistido en las últimas semanas al Consejo de Cofradías para retomar este asunto, que se vio reforzado tras el éxito de las exposiciones celebradas durante la pasada Cuaresma.
El emplazamiento
El Ayuntamiento insiste en que el museo debe estar ubicado en un espacio apropiado, lo suficientemente grande, y dentro del circuito turístico de la ciudad. Según explicó Juan Carlos Cabrera a ABC, «un convento es la mejor opción» y, de hecho, asegura que el arzobispo emérito, monseñor Juan José Asenjo, le llegó a ofrecer una propuesta que no se concretó. Actualmente, en la capital hay sólo dos monasterios desocupados. El primero es el del Socorro, en la calle Bustos Tavera, que se ha quedado vacío después de que las monjas concepcionistas franciscanas se marcharan a otro convento de la provincia ante la escasez de religiosas que vivían en el cenobio. Otro espacio que se quedó vacío fue la iglesia del Sagrado Corazón,regentada hasta el mes de junio por los jesuitas de la calle Jesús del Gran Poder, y que fue legado a la Archidiócesis junto con las dependencias del convento que están anexas. El Arzobispado rechazó la petición de la hermandad de los Javieres para cedérselo como sede canónica y, en su lugar, lo ocupa ahora la delegación de Pastoral de Juventud. Otra opción es que alguna comunidad religiosa ceda algunas dependencias, de forma que les reporte un sostenimiento económico para su supervivencia.
Entre los espacios que Fiestas Mayores ha valorado es el convento de Santa Clara, desacralizado y propiedad del Ayuntamiento, pero que se encuentra más alejado del núcleo turístico de la ciudad. Una vez cerrado el sitio, habría que afrontar una rehabilitación para que pueda cumplir con los requisitos de un museo de última generación. «Debe tener un relato, no una simple exposición de enseres, porque eso sería un fracaso. Debemos oler a incienso, escuchar las bandas… una película sensorial», explica Cabrera. Allí, junto a la sala de proyecciones, pretende que se instale también una tienda y otra sala de exposiciones temporales que acogiera muestras de patrimonio e historia con un programa determinado. Además, propone que se cree un centro de documentación digitalizado al que se trasladen los archivos de las hermandades que así lo necesiten, y que sirva también para el estudio y la investigación.
No obstante, el delegado deja claro que su papel es de impulsor y mediador, pero que deben ser las hermandades quienes lideren el proyecto, que «sería bueno para la ciudad y para las cofradías, ya que supondría dar a conocer la Semana Santa a los turistas y una fuente de financiación que puede ir a una obra social que también redunda a la ciudad». Asimismo, añadió que «no es normal que una ciudad como Sevilla no tenga un centro de interpretación de su Semana Santa».
Por su parte, el Consejo no ve con malos ojos la idea y estaría dispuesto a llevarla a cabo, pero entiende que no es el momento debido a la situación que se están viviendo las hermandades por la pandemia. La institución prefiere ser prudente y esperar a que se celebre una Semana Santa normalizada y plantear un proyecto serio donde se tenga por delante un edificio, una propuesta económica y un contenido que sea lo suficientemente atractivo para que la idea no muera como hicieron todos los proyectos anteriores.
Fuente: ABC