Una mujer de 45 años se come dos dedos de su compañera de piso en el transcurso de una pelea porque pensaba que estaba poseída por el diablo
Enfermedad mental y una creencia ciega en la brujería parece que están detrás de un macabro suceso ocurrido hace unas semanas en un piso del Polígono Norte. Una mujer estuvo a punto de morir a manos de su compañera de piso. El modo que empleó la agresora y, sobre todo, el convencimiento de que estaba actuando contra un demonio es lo que convierte esta crónica en algo completamente inusual.
El pasado 18 de septiembre, una niña llamaba al teléfono de emergencias 112. Con sólo seis años supo pedir ayuda porque se había desatado una pelea en su vivienda de la calle Virgen de Escardiel. La citada vía es paralela a la de Hermano Pablo, una de las zonas más peligrosas de la ciudad, convertida en gran supermercado de la droga y escenario de tiroteos, secuestros y agresiones. A la Policía no le sorprendió inicialmente que se hubiera producido una reyerta grave en este punto de Sevilla.
Una patrulla de la Policía Local fue la primera que se personó en la zona pero no vio nada extraño. La vivienda estaba cerrada y la menor no podía salir a la calle. Poco después acudieron agentes de la Policía Nacional que contaron con la ayuda de un vecino, que había conseguido escalar por la fachada del edificio, alertado por los alaridos que salían del piso que compartían víctima –madre de la menor– y agresora. Ese vecino fue quien abrió la puerta a los policías.
Cuando los agentes entraron en el piso, se encontraron con una situación inesperada, de la que apenas hay precedentes en la ciudad. Una mujer de 45 años, madre de la menor, estaba encima de la víctima, quien yacía en el suelo. La detenida ya le había arrancado dos dedos de la mano para comérselos e intentaba introducirle una piedra por el ano para extraerle las tripas. Estaba convencida de que había sido poseída y le estaba practicando un acto de brujería para exorcizar los demonios.
La supuesta hechicera es natural de Kenia pero tiene la nacionalidad española; mientras que la víctima es de origen congoleño y tiene 48 años. Ésta pudo salvar la vida gracias a la intervención a tiempo de la Policía, según han confirmado fuentes policiales. Fue evacuada a un centro hospitalario.
Fuerte alteración mental
La detenida presentaba una fuerte alteración mental que obligó a los agentes a trasladarla directamente al área de psiquiatría de uno de los hospitales de la capital. La secuencia de lo que acababa de ocurrir la pudieron reproducir los investigadores gracias a los testigos, quienes detallaron cómo una discusión banal había desembocado en aquel ataque. Una de las personas que presenció la brutal escena fue la hija de la agresora.Tras acogerse a su derecho a no declarar, el juez acordó enviarla a un centro penitenciario donde pueda ser tratada
Según han confirmado a ABC fuentes del TSJA, la arrestada pasó a disposición del juzgado de Instrucción número 5, que acordó su ingreso en un centro penitenciario donde se le pueda prestar la asistencia adecuada ya que presenta algún tipo de trastorno mental del que no se han aportado detalles; si bien a día de hoy se encuentra ingresada en el área de psiquiatría del hospital Virgen del Rocío.
Se le investiga por un delito de homicidio en grado de tentativa. Durante la instrucción que ahora se inicia, una de las claves del caso es hasta qué punto la alteración mental que presenta fue determinante en la ejecución de los hechos para la aplicación de posibles atenuantes.
En su comparecencia ante el juez, la sospechosa se acogió a su derecho a no declarar. Finalmente el juzgado de Instrucción 5 se ha inhibido a favor del 19. El juez también acordó retirarle la custodia de la pequeña.
Fuente: ABC