El fallecido fue identificado como Juan José V. G. conocido por el alias de Demonio y relacionado con una banda que acumuló decenas de palos hace dos décadas
Alas ocho y cinco de la tarde llegaban los avisos a las emisoras de la Policía Nacional y de la Local. Se estaba produciendo un atraco en el interior de un supermercado de la calle Contador, en el barrio de Amate. Las primeras informaciones ya hablaban de que los delincuentes iban armados. La situación era de altísimo riesgo. Los primeros en llegar fue una patrulla del distrito Cerro-Amate de la Local, dos agentes que no trabajan juntos de manera fija pero que ayer les tocó vivir una situación de las que cuesta mucho olvidarse y de las que generan lazos invisibles. Uno de los ladrones, que portaba una escopeta, detectó la presencia policial y se enfrentó a los agentes, según detallan fuentes municipales, quienes respondieron abriendo fuego. El ladrón cayó al suelo abatido.
Poco antes, el fallecido había llegado al establecimiento en motojunto a su compinche, quien al cierre de esta edición estaba en busca y captura aunque está plenamente identificado y era cuestión de horas de que fuera apresado. Accedieron al supermercado cuando creían que las cajas podían estar llenas por la recaudación de todo el día. En el interior, además de los trabajadores, había varios clientes. Uno de ellos esgrimió una escopeta con la que encañonó a las cajeras para que les indicaran donde guardaban el dinero. Según detallas algunos testigos, la situación se volvió muy tensa porque los dos ladrones no paraban de amenazar y de blandir el arma.
A las ocho y cinco de la tarde llegó el aviso a la Policía. Entre el momento de la llegada de los agentes y que se desatara el enfrentamiento apenas pasaron unos minutos. Tras caer el ladrón abatido, su compañero salió huyendo. Fue perseguido por los agentes que trataron de frenarlo ya en la calle. En las inmediaciones del supermercado se recogieron varios casquillos de bala. Nada más producirse el cruce de disparos, trabajadores y clientes salieron corriendo por varias puertas que tiene el local. Ninguno resultó herido; si bien algunos de ellos tuvieron que ser calmados por ataques de nervios. Según detallaron las cajeras del supermercado, habían pasado mucho miedo al verse con el arma en la cabeza. Fuentes policiales confirmaron a ABC que la escopeta era real y estaba municionada. No se trataba de ninguna réplica o arma de fogueo.
La familia pidió verlo
Sobre las diez de la noche, los alrededores del comercio ya se habían llenado de vecinos y curiosos. También se acercaron familiares del atracador abatido, cuyo cuerpo seguía en el interior del supermercado a la espera de que la autoridad judicial ordenara el levantamiento del cadáver. Una chica joven que se identificó como hija del fallecido intentaba convencer a los agentes que habían acordonado la zona para que le permitieran acceder al establecimiento y ver a su padre. Los funcionarios policiales no la dejaron. Trataron de explicarle que en ese momento había que preservar el escenario de los hechos para la recogida de muestras e indicios y que no podía acceder nadie al interior.
Al rato, un agente del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que se ha hecho cargo de la investigación, salía para entrevistarse con ella y otros dos familiares que también reclamaban poder ver el cadáver. La pregunta era obvia: cómo estaban tan seguros de que la persona que estaba dentro era quien ellos decía. ¿Quién se lo había dicho?
Algunas fuentes apuntaron a este periódico que el otro atracador que había huido les había ya trasladado la noticia. Pasadas las once de la noche, se autorizaba levantar el cadáver que era conducido por personal de los servicios funerarios al furgón para su traslado al Instituto de Medicina Legal donde se le practicará la autopsia.
El finado fue identificado como Juan Jose V. G, alias el Demonio, quien acababa de salir de prisión hacía pocos meses. En su historial cuenta con antecedentes por robos violentos y su apodo aún lo recuerdan los más veteranos de los cuerpos policiales. El muerto era hermano de otro delincuente que lideró una banda de ladrones muy conocida hace dos décadas
La banda del Demonio fue muy conocida hace dos décadas por acumular decenas de robos y atracos. No era una organización con un número estable de integrantes, ya que entraban y salían miembros, muchos de los cuales no habían alcanzado la mayoría de edad. Uno de sus líderes fue un hermano del muerto, de nombre Daniel, que acabaría falleciendo en la prisión de Córdoba y al que también llamaban Demonio de apodo.
Desde que eran adolescentes iniciaron una espiral delictiva que sólo se frenó cuando sus miembros fueron cayendo por culpa de las drogas o eran asesinados por otros delincuentes. Su objetivo no era otro que hacerse con dinero rápido para obtener droga. La historia parece que se ha vuelto repetir con otro final trágico.
Los dos agentes que se habían enfrentado al atracador estaban muy impactados por cómo se había resuelto la situación, señalaron fuentes policiales a ABC. Al cierre de esta edición aún no habían prestado declaración a los investigadores. Ambos ingresaron en la Policía Local en 2003. Son de la misma promoción, con casi 20 años de servicio en el cuerpo. Desde el Sindicato SPPME de la Policía mandaron un comentario por redes sociales respaldando la actuación de los compañeros.
Fuente: ABC