El conductor está a la espera de una valoración médica, mientras se practican diligencias, antes de su paso a disposición judicial
Con la calle Miguel Cano en calma después del caos por el atropello múltiple de este pasado lunes, los negocios de la zona retoman su actividad. Abren las tiendas, los bares y vuelve a pasear la gente, que recuerda cuando un Suzuki blanco embistió una treintena de mesas de dos terrazas y dejó once heridos a su paso de diferente consideración. Nueve de ellos, que presentaban diversas contusiones, fueron dados de alta el mismo lunes. Se hizo después de que en la exploración se observara que eran lesiones menores.
Sin embargo, dos personas siguen ingresadas. La más grave está en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Costa del Sol de Marbella. Esta en observación por un traumatismo abdominal producido por el impacto del vehículo contra su cuerpo. La otra víctima tiene una tibia rota y sigue en el hospital.
Por su parte, la Policía Nacional comunica que el conductor también está a la espera de una valoración médica. Según fuentes consultadas, tiene alguna enfermedad mental, que en la práctica de diligencias, la Policía Nacional quiere tener clara antes de pasar el caso a la autoridad judicial.
Los hechos ocurrieron este lunes sobre las 15.25 horas. El conductor hizo una maniobra para evitar el bordillo y luego se introdujo en la acera, arrasando todo lo que iba a su paso, hasta que paró contra la pared de una joyería. A su paso dejó once heridos de diferente consideración.
Según fuentes consultadas por ABC, el conductor tenía carnet de conducir en regla. Es un vecino de Marbella de unos 30 años, que viajaba con sus padres en la parte trasera del vehículo. Además, dio negativo en los controles realizados por las autoridades de alcohol y de drogas.
Después del accidente, cuando se produjo la intervención policial alrededor del vehiculo, para ver qué había pasado y efectuar la detención de causante del atropello, el hombre se puso agresivo. Fuentes consultadas aseguran que trató de pegar a un policía y entre seis y siete agentes tuvieron que reducirlo, además llevarlo en volandas hasta el coche patrulla para trasladarlo a dependencias policiales.
Fuente: ABC