La Alameda es el epicentro de este plan policial, que persigue poner coto a las grandes concentraciones en la calle que son aún un riesgo para la salud
La Alameda de Hércules fue noticia nacional el pasado fin de semana junto a otros puntos de Madrid, Barcelona o Salamanca donde se concentraron jóvenes festejando el final del estado de alarma, reproduciendo unas imágenes más propias de las celebraciones de fin de año antes de la pandemia. Este fin de semana ha sido el primero completo que se desarrolla sin restricciones de horario para permanecer en la calle, con temperaturas veraniegas que invitaban a salir y con la apertura de discotecas que llevaban más de un año sin funcionar debido a las medidas sanitarias.
Ese conjunto de circunstancias ha llevado a la Policía Local a organizar un dispositivo policial, que ha tenido la Alameda y la zona de la Alfalfa como uno de los ejes principales de actuación. Un plan que según el Ayuntamiento se va a mantener al menos durante los próximos fines de semana y dependiendo del comportamiento de la ciudadanía. El objetivo es tratar de que no se repitan las mismas imágenes que tanta indignación causaron hace una semana. La preocupación es importante porque las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina y buena parte de las esperanzas de iniciar la tan ansiada recuperación económica se depositan en la temporada estival. Un retroceso en la evolución favorable de la pandemia puede echar al traste esos planes.
Desde la Policía Local se han movilizado a 388 agentes distribuidos en 148 patrullas en distintos turnos. En la noche del sábado estaban asignados en total 97 agentes en 37 patrullas. Unas cifras de efectivos que siguen sin convencer a vecinos de las barriadas, que siguen reclamando presencia policial para luchar contra un problema que sobrevivió a los toques de queda como los botellones. Beber en la calle es una práctica que ni la pandemia ha podido con ella a pesar de que lleva años prohibida en Andalucía.
La Alameda es el punto más sensible estos primeros fines de semana porque se trata de una de las zonas de ocio nocturno de la capital donde cohabitan los establecimientos de hostelería con zonas abiertas donde los jóvenes practican el botellón. A pesar de las imágenes registradas hace una semana, desde el Consistorio sostienen que no se está produciendo una situación de desmadregeneralizado como pueden hacer pensar los vídeos e imágenes que se difunden por redes sociales y medios de comunicación. «No hubo un gran botellón pero si muchos grupos y algunos con tendencia a la provocación y a conductas de riesgo».
Los otros puntos que comprenden el plan de acción son: el seguimiento del horario de cierre de los establecimientos, «especialmente en algunas zonas para evitar que derive en aglomeraciones en algunas plazas». Éste fue uno de los problemas detectado el pasado fin de semana, muchos jóvenes se quedaron en la calle tras el cierre de los bares, que siguen teniendo limitaciones horarias. Eso provocó que en pocos segundos, zonas como el Arenal se llenara de gente que no quería volver a su casa.
De la calle a la fiesta en casa
Cuando los negocios echan la baraja, aquellos que quieren continuar con la fiesta sólo les queda como alternativa el botellón o las fiestas en los domicilios. La Junta modificó las medidas a raíz del final del estado de alarma, flexibilizándolas o eliminando la mayoría que estaban vigentes. Es el caso de las personas que pueden estar reunidas en un domicilio, donde ya no hay límite numérico. A la Policía sólo le queda intervenir en estas fiestas privadas si causan molestias a los vecinos.
En cuanto a los establecimiento hosteleros, también están dentro de este plan de actuación. Los agentes tienen encomendado seguir vigilando que se cumple con la normativa en cuanto a número de personas que pueden compartir mesa en el exterior y en el interior de los locales, el uso de la mascarilla o el mantenimiento de la distancia de seguridad. Si bien, en este sentido, desde el Consistorio subrayan que los incumplimientos son minoritarios, aunque sus casos son los que tienen mayor repercusión mediática.
El delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, hace un llamamiento a la responsabilidad. «La pandemia no ha terminado. Seguimos en una situación de riesgo aunque se haya terminado el toque de queda. Los números de contagios son altos y nos estamos jugando la salud. Por eso es imprescindible la responsabilidad individual. Debemos recuperar el ocio cumpliendo con la normativa, en establecimientos que cumplan las medidas de seguridad. Pero hay que evitar cualquier concentración y el consumo de alcohol en la vía pública. Vamos a actuar con contundencia para evitar este tipo de actitudes que puedan dañarnos a todos. Que no haya toque de queda o restricciones en el ámbito autonómico no quiere decir que no haya contagios ni situaciones de riesgo».
Fuente: ABC