‘La patria chica’ se estrena los días 6 y 7 de marzo en el teatro Lope de Vega a las 12 horas
La exaltación de lo popular ha vuelto. El folclore, bien empleado, resulta radicalmente moderno. Cruzcampo, Lola, una bata de cola, dos lunares, el acento. Y todo ello, al folclore, le beneficia. Así la Compañía Sevillana de Zarzuela, presidida por Javier Sánchez Rivas, presume de haber logrado grandes objetivos en su género chico: rescatar obras con peligro de olvido y llegar con dos funciones los días 6 y 7 de marzo cerca de colgar el cartel de no hay billetes. A lo que le suma la regeneración del público. A ver ‘La patria chica’ en horario de mañana, a las 12 horas, irán pequeños y mayores, familias y parejas. «Hemos bajado la media de edad entre los asistentes. Eso ha sido un gran logro», explica el presidente de este proyecto que nació en el 2009.
La estrategia, casi espontánea, ha sido cambiar lo viejo por vintage, desempolvar rostros de andaluces universales y reivindicar la raíz como ese cordón umbilical que nos une en nuestras diferencias. Y aquí nos encontramos otra vez, con una trama ideada por los hermanos Álvarez Quintero, Serafín y Joaquín, estrenada en 1907 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid con música del maestro Chapí. Nada de esto parece nuevo. Todo vuelve. Los creadores andaluces, Juan Ramón Jiménez, los Machado, Lorca, Joaquín Turina, Romero de Torres…, encontraron en el costumbrismo la altura que merecía la tierra y sus sucesores nunca dejaron de honrar aquella tendencia. Del antiflamenquismo, las vanguardias, la globalización, el fin de las ideologías, lo metafísico y la pérdida de las señas de identidad retomamos una corriente alternativa. La de la recuperación de lo propio. «Nos hemos encontrado con el apoyo de los medios y la respuesta del público. Parece que hay un interés creciente en este género» Javier Sánchez Rivas , presidente de la Compañía Sevillana de Zarzuela
Así lo ha experimentado Sánchez Rivas: «Es la primera vez que rescatamos una obra de los Álvarez Quintero. Ya lo hizo el Maestranza hace más de una década, pero para nosotros es la primera vez: con todo lo que eso supone, pues son los autores sevillanos más representativos y conocidos. Estamos muy contentos porque las ventas van como un tiro dentro de la situación en la que estamos. Nos hemos encontrado con el apoyo de los medios y la respuesta del público. Parece que hay un interés creciente en este género. Muchos lo han redescubierto en los últimos años. Y esta obra que tenemos en cartel, tan bonita como entretenida, divertidísima, parece una buena puerta de entrada».
Dos patrias chicas
Vayamos, llegados a este punto, con el libreto sin despejar más incógnitas de las debidas. Un pintor español en una buhardilla parisina a mediados de siglo XX, un mecenas inglés con decenas de billetes, varios compatriotas exiliados, miembros de una compañía de teatro engañados por el empresario, una musa y un amor. ¿Pagará don dinero Mister Blay el billete de vuelta a los que quieren regresar a su país? ¿Conseguirán distraerlo con su autoproclamado arte español? En esas, los de un sitio, Andalucía, y los de otro, Aragón, tirarán de patria chica para vender la verdad y el humo que tal vez los lleve de vuelta a casa, lo que carga el montaje de connotaciones costumbristas, a pesar de que la acción se desarrolle en Francia.
‘La patria chica’ cuenta con la dirección de escena de Nieves Fernández de Sevilla y Marta García-Morales, la dirección musical de Elena Martínez Delgado y el deseo de divulgar la zarzuela de la mejor forma en el contexto más adecuado para hacerlo. El Sur y sus atributos, los tópicos y sus revisiones y la cultura popular vuelven a estar de actualidad.
Fuente: ABC