Soledad González Ródenas localiza nuevos versos del libro al que el Nobel estuvo dando vueltas entre 1911 y 1954
“Son, sin ser de otros, lo menos mío que es posible”. Así definía Juan Ramón Jiménez sus Poemas impersonales, un libro que comenzó a escribir en 1911, casi al final de un retiro de seis años que pasó en Moguer (Huelva), y que le acompañó hasta 1954, cuando emprende la última reordenación de sus obras completas, pero que nunca publicó. Soledad González Ródenas, lagran especialista en la obra del Nobel, ha realizado una edición de Poemas Impersonales en la que incluye 47 poemas inéditos y seis versiones corregidas de textos que habían aparecido en recopilaciones anteriores. El libro, publicado en la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara, es fruto de años de investigación entre las cientos de carpetas que atesora la Sala Zenobia y Juan Ramón Jiménez de la Universidad de Puerto Rico, a la que legó sus papeles cuando murió en el exilio en 1958, y el Archivo Histórico Nacional de Madrid.
“Casi todo lo que se conserva en Puerto Rico está sin catalogar. Hay cientos de carpetas que no se han estudiado, se escanearon casi en su totalidad entre 2006 y 2008, durante el Trienio Zenobia-Juan Ramón Jiménez, pero aun así el archivo es una selva. A partir de esa ingente cantidad de textos Carmen Hernández-Pinzón, su sobrina nieta y representante de los herederos, y González Ródenas han trabajado durante años para organizar los papeles y han localizado estos 53 poemas”, ha explicado Rosa García Gutiérrez, directora de la Cátedra Juan Ramón Jiménez de la Universidad de Huelva, este jueves en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla.
González Ródenas, que no ha asistido a la presentación por las restricciones de movilidad impuestas durante la pandemia, asegura que la mayor parte de esos versos están compuestos entre 1911 y 1923 y que aunque él nunca publicó Poemas impersonales tenía el libro pensado y estructurado en cinco secciones tituladas Preludios, Versos a, por, para…,Iconolojías, Al encausto y Dejos. “Son textos de una época de transición entre la estética modernista y la llamada poesía desnuda”, escribe la editora, que ha publicado otras siete obras del poeta de Moguer.
“Juan Ramón Jiménez contagia a sus estudiosos sus valores morales, su honestidad, su pulcritud y su gusto por el trabajo bien hecho. Por eso, la editora ha presentado las cinco secciones en las que el autor de Platero y yohabía dividido el libro, incluyendo en ellas varios de los inéditos que aparecieron con una referencia concreta a esos capítulos”, ha explicado Ignacio Garmendia, crítico y editor de la Fundación José Manuel Lara. Mientras que 25 de los inéditos que carecen de esa información están recogidos en una secta sección, Miscelánea, y otros 24 que están sin acabar aparecen en Borradores.
Entre los inéditos aparecen Ritmo de tren: “El verde fresco de las viñas llanas. La luna heno sobre el cielo malva. (Despierto sin oriente.) Mañana de setiembre. / Fresco y sol. (Me miraban dormir libre. Abrí los ojos y les vi reírse.) La luna ahora es vida. Mañana de vendimia. /Fruto en el corazón, fruto en la tierra. Ya nada, como antes siempre, espera. Es todo realidades. Mañana del amante.” o este extracto de Marina mediterránea: “Negros, los grandes buques que agigantan la hora / sobre el ocaso rojo cortan su mole / entre las confusiones del cielo y la bahía… / La brea abre las fauces a la melancolía / que se obstina en mi mundo de placeres… / Un organillo ríe y llora, y las mujeres / de Venus, ya pintadas, salen a los balcones / como flores de sombra… Huelen los corazones…”
Juan Ramón Jiménez nunca publicó Poemas impersonales, pero sí incluyó algunos de sus versos en Poesías escojidas (1917) y en la posterior y muy difundida Segunda antolojía poética (1922). Tras su muerte han aparecido dos ediciones, una de Francisco Garfias en 1964 y otra de Francisco Silvera dentro de Obras de Juan Ramón Jiménez. Poesía escogida II (1909-1913), pero sin los 53 inéditos recogidos ahora en la colección Vandalia.
“Juan Ramón decía que se había dado a luz poéticamente tres veces y que Poemas impersonales era su segundo nacimiento. Un libro en el que busca una dimensión ética y moral del ejercicio poético. Un trabajo en el que va desbrozando su camino futuro y en el que se distingue un estilo distinto a su voz poética. ‘Una línea ajena pero mía’, como él reconocía”, ha afirmado Rosa García Gutiérrez. “El inagotable Juan Ramón Jiménez nunca deja de sorprendernos y este es un libro particularmente singular, dentro de una obra que es toda singular”, concluye.
Fuente: EL País