Ambos edificios son sede de la Consejería de Cultura y tienen un gran valor histórico
Los palacios de Altamira y Miguel de Mañara son dos auténticas joyas del patrimonio civil sevillano desconocidas por una gran parte de la población. En la actualidad funcionan como sede de la Consejería de Cultura, pero en otros tiempos han servido de mansiones a diversos linajes y han sido testigos de interesantes pasajes históricos.
El Palacio de Mañara se encuentra en pleno corazón de la antigua judería y es de origen islámico, aunque el palacio actual sigue fielmente los dictados ornamentales del Renacimiento. En el siglo XVII fue adquirido por Tomás de Mañara y Colonna, Cargador de Indias y padre de Miguel de Mañara, fundador de la Hermandad de la Santa Caridad. Durante los siglos XVIII y XX tuvo los más diversos usos: domésticos, militares, fabriles, religiosos y, por último colegio. En 1989 fue comprado por la Junta de Andalucía y reformado para utilizarse como sede institucional.
El de Altamira, por su lado, fue edificado por el Justicia Mayor del Reino, don Diego López de Stúñiga, quien levantó a fines del siglo XIV un palacio de gran entidad siguiendo el modelo de los Reales Alcázares de Sevilla. Duques de Bejar, Marqueses de Villamanrique y de Ayamonte y, posteriormente, Condes de Altamira. Durante la segunda mitad del siglo XIX el palacio dejó de estar vinculado a los Condes de Altamira aunque el título pervivió para designarlo, convirtiéndose en casa de vecinos hasta que la Junta de Andalucía lo adquirió y restauró.
En determinados meses del año, se orginzan visitas guiadas de forma gratuita que pueden reservarse en visitas.altamira.ccul@juntadeandalucía.es, donde también puede solicitarse más información.
Fuente: ABC