El nuevo curso político que se abre en septiembre es decisivo para desbloquear Altadis, la Gavidia, San Hermenegildo y el Mercado de la Carne
Ahora o nunca. Esta semana arranca un nuevo curso político que marcará el futuro de una de las grandes asignaturas pendientes de Sevilla como es la recuperación de los edificios históricos abandonados desde hace dos décadas. Estos próximos cuatro meses antes de que concluya 2020 marcarán si una vez por todas se desbloquean proyectos como los de Altadis, la Gavidia, San Hermenegildo o el Mercado de la Carne o, por el contrario, terminan hundiéndose en las profundidades de una crisis económica en ciernes que afectará a la pata más débil: el patrimonio.
Pese a las buenas intenciones, las actuaciones de consolidación y las numerosas ruedas de prensa para anunciar que «por fin» estos inmuebles ven la luz al final del túnel, la realidad es que siempre encuentran un escollo para seguir paralizando su intervención. Junto a estos cuatro edificios abandonados de propiedad municipal, se encuentra el gran monumento a la desidia política e institucional en Sevilla: las Reales Atarazanas. Ni la Junta de Andalucía ni Caixabank ni el arquitecto han sido diligentes para resolver una cuestión que va a impedir, ya casi definitivamente, que esté listo el espacio para 2022, la fecha marcada por el Año Magallanes.
Todos ellos entran ahora en la fase decisiva para saber si los proyectos fructifican o si, por el contrario, se convierten en más papel mojado. En el Ayuntamiento tienen claro que este próximo cuatrimestre es clave para ver los resultados a los trámites avanzados.
La Gavidia
La antigua comisaría de la Gavidia es una máquina de devorar proyectos y un foco de conflictos políticos, entre quienes la veían como un magnífico espacio comercial (PP), los que querían destinarla como equipamiento vecinal y un museo de los horrores de la represión franquista (Podemos) o los que vieron la oportunidad para que la ciudad tuviera otro gran hotel de referencia en pleno auge del turismo (PSOE).
La propuesta de Zoido de recalificar el edificio para uso comercial fracasó por las trabas del Gobierno de Susana Díaz. Sin embargo, la llegada de Espadas a la Alcaldía no supuso un impulso para este edificio pese a que las dos administraciones eran del mismo color político. De hecho, se descartó la propuesta inicial del Ayuntamiento de vincular el proyecto hotelero para la Gavidia con la restauración y puesta en marcha de San Hermenegildo como equipamiento cultural.
Reiniciados los trámites, una vez separados ambos proyectos, es ahora cuando se ha conseguido el hito de la recalificación como servicio de interés público y social. Se han aprobado los pliegos y se abre el plazo para la presentación de ofertas para la compra del edificio. Si el interesado acaba siendo una cadena hotelera, deberá destinar un espacio para uso social o cultural. El planteamiento municipal es que el concurso esté abierto hasta mediados de noviembre. El miedo que sobrevuela ahora es que, con la crisis del coronavirus y la caída del turismo, quede desierto por falta de ofertas.
San Hermenegildo
Vinculado o no a la Gavidia, la realidad es que 16 años después, la antigua iglesia jesuita sigue dejada de la mano de Dios. Las pinturas murales se resquebrajan por la desidia de tantos años, las palomas anidan en las cubiertas e inundan de excrementos las salas abandonadas cuyos techos de artesonado se desploman. El gobierno municipal arrancará en septiembre una serie de actuaciones de seguridad en la fachada y las cubiertas tras el estudio patológico que descartaba daños estructurales. El parche se va a poner, pero la herida seguirá sangrando mientras no exista un proyecto definitivo y una reforma integral. Fuentes municipales apuntan a que se está trabajando en la redacción de la concesión del espacio como equipamiento cultural. ¿Un auditorio? ¿Un museo de la autonomía? ¿De la Semana Santa? Todo sigue siendo papel mojado…
Esta misma estrategia es la que ha seguido el gobierno de Espadas en San Laureano: actuaciones de mantenimiento y seguridad hasta que llegue el proyecto. Y es ahí donde estriba el problema, que no llega nunca.
Fábrica de Tabacos
Entre los tiras y aflojas habituales ha estado en los últimos años la negociación del Ayuntamiento con Altadis. El futuro del complejo abandonado de Los Remedios se va despejando poco a poco. La empresa está trabajando la propuesta que presentará al gobierno para que se pueda iniciar la tramitación del PGOU. El primer acuerdo pasa por construir una pasarela sobre la lámina del río para revitalizar esta parte de la ribera.
El camino es largo, ya que se plantea a tres años, y la base es mantener todo el conjunto sin nuevas edificaciones, dando protagonismo al edificio principal -el Cubo-, que tendrá usos terciarios y será propiedad de la empresa. El resto de los inmuebles serán equipamiento público, así como los jardines, que estarán abiertos permitiendo el libre tránsito. Un parking completará el complejo.
En los últimos días, los contactos entre el Ayuntamiento y Altadis invitan al optimismo de cara a que el proyecto definitivo se presente este mismo mes de septiembre.
Mercado de la Carne
Si para Altadis, la Gavidia o San Hermenegildo se plantea un escenario más optimista, con el viejo edificio racionalista de la Puerta de la Carne el panorama es más que oscuro. La aparición de restos arqueológicos dieron han dado al traste con el proyecto, ya aprobado y adjudicado, debido al sobrecoste que tendría la obra para la empresa. Aunque ésta, de momento, no ha pedido la resolución del contrato, la realidad es que está condenado al fracaso.
A las dificultades técnicas, económicas y jurídicas por el incremento presupuestario, y las modificaciones que ha sufrido, se le ha sumado ahora la crisis sanitaria. Ni hay dinero ni intención por parte de la UTE de asumir el sobrecoste en un futuro «mercado gourmet» con auditorio y exposición de restos arqueológicos. El público potencial es el turismo y la experiencia negativa del Mercado del Barranco no ayudan en un contexto de incertidumbre como el actual.
Urbanismo ha dilatado la resolución desde hace más de un año para evitar conflictos legales y, ahora, en septiembre, se realizará una última evaluación para tomar una decisión en torno al futuro proyecto. La convocatoria de un nuevo concurso puede ser la puntilla definitiva teniendo en cuenta la crisis que se avecina.
Atarazanas
Por último, aunque no es de titularidad municipal, está el proyecto de las Atarazanas. Siempre tan cerca, pero a la vez tan lejos, ahora el documento se encuentra a la espera de aprobación por parte de la Comisión de Patrimonio, que quiere garantizar que se cumplan los acuerdos firmados entre Cultura, Caixabank y Adepa. Tras numerosas idas y venidas, por fin se ha visado por el Colegio de Arquitectos aunque el Covid ha retrasado la aprobación definitiva. Parece claro ya que el edificio histórico no llegará para 2022, cuando debería ser una de las sedes principales del Año Magallanes.
La muralla y Santa Clara, a punto
Dos proyectos que entran ya en la fase definitiva para la intervención son la muralla de la Macarena y el compás de Santa Clara y la torre de Don Fadrique. Ambos cuentan con las partidas presupuestarias a medias entre el Ayuntamiento y los fondos del 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento. El primero se va a iniciar «en breve», ya que se han superado todos los trámites. El segundo está sólo a la espera de la adjudicación de la rehabilitación, que se llevará a cabo ahora en septiembre, y justo a continuación comenzarán las obras para recuperar este espacio histórico actualmente abandonado. Lo mismo ocurrirá con la iglesia de Santa Clara.
Fuente: ABC