Esta mascarilla inteligente se llama Cliu y cuesta 250 euros. Ha sido diseñada por el aragonés Álvaro González Romero-Domínguez y su socia y pareja, la italiana Simona Lacagnina, que viven en la ciudad italiana de Palermo.
En primer lugar es inclusiva porque es transparente y permite ver la boca de las personas, los que supone un gran avance para aquellas que tienen dificultades auditivas, pero también facilita la comunicación no verbal entre las que no las tienen.
Es sostenible, porque es reutilizable y además cuenta con unos filtros antimicrobianos y bioactivos, desarrollados por la Universidad de Siena, que “si terminan tirados en el medio ambiente” no lo dañarían.
Finalmente, el tercer pilar, el de la tecnología, hace de esta mascarilla un objeto inteligente. Cuenta con un sistema bluetooth, sensores y una serie de algoritmos que, a través de una aplicación, miden la calidad del aire, de la respiración, la frecuencia cardiaca y detectará si hay algún foco activo de coronavirus en las proximidades.
Finalmente, incluye una base de carga para la batería que tiene luz ultravioleta en su interior y que permite que la mascarilla se desinfecte en unos minutos.
📸 Cliu
Fuente: La Vanguardia