La Junta invertirá 8,2 millones en las obras, que empiezan en agosto y que supondrán la recuperación de una infraestructura abandonada desde 2005
Después de más de 15 años de abandono y varios expolios, el hospital que la Junta de Andalucía adquirió alMinisterio de Defensa en 2004, cuando era presidente Manuel Chaves, para construir un centro hospitalario pionero volverá a tener actividad. Según ha podido confirmar ABC de fuentes de la Consejería de Salud y Familias, el Hospital Militar Vigil de Quiñones abrirá de nuevo sus puertas el próximo mes de enero con casi 200 camas.
El Servicio Andaluz de Salud está tramitando por el procedimiento de urgencia las obras de finalización parcial de las zonas de hospitalización del antiguo recinto para conseguir una dotación específica y complementaria de 150 camas en planta y alrededor de 25 camas para cuidados
intensivos (UCI) con el objetivo de aumentar la capacidad de atención especializada de Sevilla y su provincia ante una posible nueva ola de Covid-19. El plazo de ejecución de las obras, que arrancarán en los primeros días de agosto, es de cinco meses y tendrán un coste de más de 8,2 millones de euros.
Las obras previstas contemplan la habilitación de las dependencias necesarias para poner en servicio la dotación de camas de hospitalización y de UCI requeridas para el plan de contingencia, además de otras instalaciones imprescindibles para el buen funcionamiento de estas unidades.
Otro de los objetivos de esta actuación, según las fuentes consultadas, es la seguridad del personal sanitario y de los pacientes, por lo que el plan de reapertura contempla medidas concretas y complementarias a las existentes con la incorporación de esclusas, vestuarios específicos de personal para colocación de los equipos de protección individual y circuitos funcionales diferenciados para sucio y limpio. También está prevista la sectorización de las instalaciones de forma que permita la ocupación parcial y escalonada de sus áreas de hospitalización y la habilitación de un acceso diferenciado y específico al hospital para pacientes con síntomas de infección por Covid-19 u otra necesidad de emergencia. Es decir, se habilitará una zona restringida para enfermos contagiados de coronavirus, que nunca entrarán en contacto con los afectados por otras enfermedades.
Tres plantas en servicio
Concretamente, se pondrán en servicio tres plantas de ingreso y un nuevo acceso para la zona Covid en la fachada sur. Además de la hospitalización, se pondrá en funcionamiento el área de diagnóstico por imagen, que cuenta con una superficie de 500 metros cuadrados, y la zona destinada inicialmente al hospital de día médico, que cuenta con 790 metros cuadrados, para adaptarlo a la UCI.
La contratación de esta obra por procedimiento de emergencia se ampara en el decreto del 16 de marzo de la Junta de Andalucía de medidas de apoyo financiero y tributario al sector económico, de agilización de actuaciones administrativas y de medidas de emergencia social, para luchar contra los efectos de la evolución del coronavirus, y también en el decreto del 19 de junio por el que se modifica, con carácter extraordinario y urgente, la vigencia de determinadas medidas aprobadas con motivo de la situación generada por la Covid-19, ante la conclusión del estado de alarma, y que justifican ambos la tramitación de emergencia mientras dure la situación de crisis sanitaria.
Es decir, el Gobierno andaluz ha tomado la determinación de apostar por el antiguo Hospital Militar para usarlo en la gestión de una posible oleada de coronavirus en Sevilla y ha decidido aprovechar las circunstancias administrativas que permiten adjudicar obras de urgencia para poner en servicio las instalaciones cuanto antes. En principio, la previsión es que el centro hospitalario esté operativo en enero del próximo año, pero las obras comenzarán en agosto y se ejecutarán a marchas forzadas con la intención de adelantar los plazos.
De esta forma se pone fin a una larga historia de despropósitos en el que fue uno de los hospitales más modernos de Sevilla a finales del siglo XX, con 83.000 metros cuadrados, doce plantas, helipuerto, 240 habitaciones individuales, 750 camas y cinco quirófanos. Cuando la Junta lo asumió en 2005, la entonces consejera de Salud, María Jesús Montero, hoy ministra de Hacienda, anunció una rehabilitación con un presupuesto de 23 millones de euros con un plazo de obras de 18 meses y una apertura paulatina de los distintos servicios. Poco después, la Junta pretextó que la obra se había encarecido y su valor definitivo era el doble del presupuestado, por encima de los 50 millones. Y en verano de 2011 la constructora paralizó los trabajos por falta de pago de la Consejería y se marchó. Poco después, desmontaron los equipos de aire acondicionado y se los llevaron a otro hospital de Granada, confirmando que el acuerdo que supuso un desembolso de seis millones de euros en metálico más otros 28,6 en suelos al Ministerio de Defensa fue un fiasco. Tres lustros después, el nuevo Gobierno presidido por Juanma Moreno pondrá fin a este escarnio.
El «hospital pionero» que vendió el PSOE fue expoliado a los sevillanos
En 2004, el Gobierno socialista de la Junta anunció que en un plazo de un año y medio transformaría el hospital Vigil de Quiñones en un centro pionero de neurorrehabilitación para pacientes con lesiones medulares y daños cerebrales al que se sumarían un espacio de cirugía ambulatoria para ejecutar hasta 30.000 operaciones anuales, un centro de alta resolución especializada con 31 consultas, un hospital de día, una unidad de rehabilitación cardíaca y un área con 200 habitaciones individuales, además del centro de salud de Los Bermejales, que fue lo único que se llevó a cabo. El PP apuesta por una apertura más realista.
Fuente: ABC