De este a oeste, Andalucía cuenta con espacios únicos para la práctica del buceo
Todavía hay quien piensa que es un deporte peligroso, o que es claustrofóbico, que puede comerte un tiburón o enredarte un calamar gigante, pero quien ha practicado alguna vez el buceo sabe que es más que una actividad deportiva al uso.
La posibilidad de observar con los propios ojos un hábitat que de otra forma permanece oculto, de nadar con los peces, de tocarlos o de contemplar el fondo marino, además de, por supuesto, hacer ejercicio sin necesidad de ser un atleta, está llevando a cada vez más gente a hacer del snorkel o el submarinismo una forma de vida o, como mínimo, una excusa perfecta para viajar.
Para colmo, se trata de un deporte muy recomendable contra el estrés, ideal para liberar tensiones y olvidarse de las preocupaciones mientras se vive la experiencia de convivir por un rato con las plantas y animales del fondo del mar.
Andalucía esconde algunos de los rincones más espectaculares del país para practicar este deporte, ya sea como iniciación o para expertos. Existen un sinfín de empresas especializadas que organizan excursiones o que funcionan como escuela de buceo, tanto en el litoral mediterráneo como en el atlántico, aunque la estrella como destino es, sin duda, el primero de ellos gracias a sus aguas cristalinas.
Almería
En la costa de Almería, el Cabo de Gata es un auténtico paraíso para los buceadores: un fondo marino heterogéneo, con zonas rocosas y arenosas, y la visibilidad y limpieza del agua ofrecen unas condiciones únicas para el buceo. Un espacio natural protegido en el que pueden observarse sin esfuerzo especies como el mero, la melva, la lubina, la sepia o el salmonete. La playa de los Muertos, la isleta del Moro o Mónsul son algunas de las playas en las que cualquier buzo disfrutará de lo lindo, eso sí, pidiendo previamente permiso en las oficinas del Parque o con uno de los clubes de buceo autorizados.
Granada
La costa de Granada también presenta aguas absolutamente transparentes para disfrutar con el snorkel o el submarinismo. La Herradura, en Almuñécar; Rijana, en Motril, o la zona rocosa Punta de la Mona son algunos de los mejores espacios para este deporte.
Málaga
Cerca, en la Axarquía malagueña, Torrox y Nerja presentan unas aguas limpias y con escasa corriente que permiten bucear con comodidad. Hay que ir casi de forma obligada a los acantilados de Maro-Cerro Gordo, un espacio protegido con nada menos que 12 kilómetros de calas y acantilados de postal y aguas limpias. Destacan las praderas de posidonia y las poblaciones de coral naranja una especie en peligro de extinción.
Cádiz
En Tarifa, en la provincia de Cádiz, sus aguas pueden regalar a la vista del buzo algunas imágenes inolvidables, como el pecio de San Andrés y otros barcos hundidos Además, en el Estrecho es posible nadar con especies como las tortugas bobas, delfines e incluso ballenas.
Huelva
El fondo arenoso de la Costa de la Luz onubense hace más difícil para el submarinista ver bajo el agua, pero merece la pena una parada en la zona conocida como Piedra Dorada, una pequeña cordillera submarina situada en El Rompido (a una milla frente al faro) que no alcanza los doce metros de profundidad y es, por tanto, ideal para principiantes. Además de doradas (de ahí su nombre), a menudo pueden verse rayas, tembladeras o torpedos.
Fuente: Diario de Sevilla