Pautas para cuando estás confinado y solo en casa.

Estos días se habla y escribe mucho sobre el confinamiento en familia. Se dan consejos a las parejas para superar el encierro sin divorcio, recomendaciones para mantener entretenidos a los niños o sacarlos a pasear, pautas para superar el miedo y la ansiedad por esta enfermedad desconocida, o apuntes para mantenerse en forma sin salir de casa, seguir una dieta sana o velar por el bienestar de las mascotas.

Todo eso está muy bien. Pero, ¿qué pasa con las personas que pasan esta cuarentena en la más absoluta soledad? ¿Tienen que seguir también rutinas, aunque no haya nadie que les acompañe en sus actividades? ¿Aplicar una higiene de vida a nivel psicológico? De ellos, de los que llevan ya seis semanas solos en sus hogares, se habla menos. Y no son pocos.

Los últimos datos de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del Instituto Nacional de Estadística (2019) revelan que 4,7 millones de personas viven solas en España. Y de esta cifra, 2.037.700 (un 43,1%) tienen 65 o más años. El 71,9% de este grupo son mujeres.

“Vivir solo no implica soledad. Personas confinadas en familia pueden estar muy solas”

MONTSERRAT LACALLE Piscóloga de la UOC

¿Cómo viven estas personas el largo confinamiento? ¿Lo llevan mejor aquellas que ya están acostumbradas a vivir solas? “Posiblemente algunas de ellas sí, pero no todas”, responde Montserrat Lacalle, profesora colaboradora de los Estudis de Psicologia y Ciències de l’Educació de la UOC y autora de diversos estudios sobre la soledad.

Vivir sola o solo no implica vivir en soledad.
Vivir sola o solo no implica vivir en soledad. (martin-dm / Getty Images)

”Vivir solo no implica necesariamente vivir en soledad”, recalca esta psicóloga. Se refiere a esas personas que vivían solas antes de esta crisis sanitaria “pero tenían más actividad social que muchos ciudadanos que viven en familia”. 

Son mayoritariamente jóvenes, salían cada día a trabajar, tenían una red social fuera de casa muy amplia y la soledad sólo duraba el tiempo que pasaban en casa. Ahora esos ciudadanos, continúa Lacalle, “podrían sentirse en estos momentos muy aislados si no encuentran formas alternativas para mantener esos contactos de la red social que tenían tejida”, alerta Lacalle.

Los que peor lo van a pasar son quienes vivían solas pero tenían una gran actividad social fuera de casa

Los que mejor van a vivir este largo encierro, por otro lado, son las personas acostumbradas ya a vivir en soledad, con poca actividad social o relaciones fuera del hogar. Ahí entraría el grupo de ciudadanos de mayor edad. “Esa vida solitaria podría actuar en estos momentos como un factor protector, pero eso no les libra de poder padecer malestar por el miedo o incertidumbre generada por la situación”, apunta la misma psicóloga de la UOC.

”Cuando hablamos de soledad es importante diferenciar entre estar solo –la parte física– o sentirse solo –la parte emocional–”, coinciden las psicólogas Ana Isabel Álvarez Aparicio, Miriam González Pablo, Elena Herráez Collado y Mayte Vázquez Resino, del Grupo de Trabajo de Urgencias y Emergencias del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

Una cuarentena con otras personas puede ser muy dura si no hay conexión emocional

Así que muchas personas que están pasando esta cuarentena en familia también pueden sentirse muy solas “si no hay conexión emocional con aquellos que les rodean”, apunta Álvarez. La soledad tiene muchas caras. Puede estar asociada a un momento o lugar concreto (esas personas que sólo están solas en sus casas) o puede ser elegida o venir impuesta. “Las cosas son muy diferentes si ese aislamiento se elige libremente o viene impuesto como ocurre con este estado de alarma”, apunta Miriam González. 

(Las personas mayores son las que más riegos tienen de sufrir miedo por los mensajes constantes de que son vulnerables Cabalar / EFE)

Montserrat Lacalle comparte esa tesis. “Nunca hay que perder de vista que el confinamiento implica privación de libertad. Así que esta situación va a pasar también factura entre esas personas acostumbradas a vivir solas, porque no es lo mismo estar en casa porque quiero que porque debo, me guste o no”.

Y los que peor lo van a llevar, reitera esta psicóloga, son “esas personas que vivían ya solas antes del confinamiento, sin tener sensación de soledad”. Ahora la pueden sentir más que nunca “al haber perdido la dimensión social por sus relaciones diarias fuera del hogar”.

¿Y la edad? ¿Influye en este caso?

“Para empezar, tendríamos que saber si la soledad es algo impuesto o deseado, en función de una cosa u otra el punto de partida es muy distinto” responde Lacalle. “Habría que evaluar –continúa– cómo era su cotidianidad antes de la cuarentena para saber cuales son las pérdidas o qué cosas pueden ser reemplazadas (teletrabajo, encuentros virtuales,…)”

”Respecto a las diferencias entre jóvenes y mayores, probablemente a los jóvenes, por estar más familiarizados con las redes sociales y las nuevas tecnologías, les sea más sencillo adaptarse a esta nueva vida impuesta”, afirma Elena Herráez Collado . “A su vez –continúa Mayte Vázquez Resino– entre los más jóvenes es esperable una mayor capacidad en la búsqueda de recursos con los que mantenerse ocupados, y lo lógico es pensar también que previamente tuvieran una mayor red social virtual, a la que ahora siguen conectados”.

La habilidad en el uso de las nuevas tecnologías resulta crucial para sentirse más o menos solo

Esto no quiere decir, recalcan estas psicólogas de emergencias de Madrid, “que a las personas de mayor edad les pase lo contrario; una persona de 65 años puede tener también integrada en su vida las nuevas tecnologías y, por lo tanto, las usará como los más jóvenes para combatir esa soledad”. 

Maria está jubilada y pasa el aislamiento en su casaen compañía de su perra Pepa
Maria está jubilada y pasa el aislamiento en su casaen compañía de su perra Pepa (Álvaro Caballero / EFE)

Otra cosa diferente es cuando se habla de personas de 85 o más años. “Posiblemente a esas edades los recursos tecnológicos sean, en la mayoría de los casos, muchos más limitados”, consideran estas psicólogas, si bien muchos han desarrollado nuevas habilidades durante estas semanas de encierro.

Las personas mayores son la que más difícil lo tendrán; no dejan de escuchar que son población de riesgo

”Las personas mayores que viven solas van a ser las que más difícil lo tienen para la gestión emocional del miedo y la incertidumbre”, afirma Lacalle. “Saben que son población de riesgo, hasta hace unos días (tengo la impresión que esto está ahora cambiando) cuando se hablaba de víctimas se concretaba su avanzada edad, el mensaje constante era que ellos eran los vulnerables. Evidentemente, esto les afecta porque aumenta su percepción de amenaza”, añade esta psicóloga de la UOC. 

Los voluntarios, claves como nunca

“ En este periodo de aislamiento el malestar psicológico se hace más presente –coinciden las cuatro psicólogas de emergencias–; por ello la comunicación y el apoyo social son en estos momentos, no solo necesarios, sino una prioridad y más si las personas que lo sufren son mayores”.

Estas expertas consideran que “los programas y asociaciones de carácter altruista y solidario con su red de voluntariado, se han convertido en un elemento clave en esta situación, con el fin de paliar esa angustia y miedo que estas personas están sufriendo”.

Consejos para superar la soledad

Buscar contactos

Si ves que esa sensación de soledad te genera tristeza, preocupación, miedo, o ansiedad, “contacta, si es posible, con tus allegados”, aconsejan estas psicólogas. Todos tenemos diferentes tipos de relaciones y sabemos con quién podemos hablar sobre unos temas u otros.

“Ponernos en contacto no implica ni siquiera interrelacionar en tiempo real. Hay personas a las que el solo hecho de recibir unmensaje de apoyo o una llamada con cierta frecuencia, les animaa no sentirse solos, o al menos, no tan solos”, afirma Ana Isabel Älvarez.

Recibir un mensaje o una llamada de teléfono es hoy el mejor regalo para quienes viven el confinamiento solos
Recibir un mensaje o una llamada de teléfono es hoy el mejor regalo para quienes viven el confinamiento solos (m-imagephotography / Getty Images/iStockphoto)

Y añade: “Todos necesitamos sentir que somos valiosos para alguien. Y aquí juegan un papel fundamental los recursos que cada país, que cada comunidad, que cada municipio… puede poner en funcionamiento, debidamente organizados y coordinados”.

Pensamientos positivos

No debemos recrearnos en los aspectos negativos de la situación actual ni de nuestras vidas, pues esa reacción nos hará sentir más soledad, más miedo y debilitará nuestra capacidad de afrontamiento tanto psicológica como física.

Rutina, aunque no nos vea nadie

Aunque no nos vea nadie, es importante tener una higiene de vida también a nivel psicológico; es decir, seguir unos horarios, tener rutinas de actividad (como por ejemplo cocinar, limpiar nuestra casa, leer, estudiar, trabajar…) y de descanso ( ver películas, series, buscar informaciones sobre ámbitos de interés…)

Mantener horarios de comidas y sueño, aunque esas actividades se hagan en soledad, son fundamentales para nuestra salud. “Hemos roto nuestra zona de confort desde el confort de nuestros hogares, por un cambio sobrevenido tanto a nivel sanitario como social”, afirma Miriam González Pablo.

Propósitos de futuro

“Hay que evitar, cuando se está solo, la inactividad. Marcarse un objetivo a medio plazo, no se trata de tener un objetivo diario, si no de proponernos algo con una perspectiva semanal o más lejana. Por ejemplo, voy a mejorar en un idioma, hacer un curso online de X que implica distintas sesiones, tejer un jersey… Lo importante es tener una planificación que vaya más allá del día a día. Si planifico diariamente, un humor triste o apático al despertarme puede torcerme con más facilidad los planes”, aconseja Montserrat Lacalle

Y muy importante cuando se está solo o sola en casa por el coronavirus, “hay que evitar la sobreinformación sobre el tema”, recomiendan estas psicólogas.

Vía: La Vanguardia

Redacción

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